Koinonía 2012-2013
38 koinonía | anuario 2012-2013 Un depósito de carbón transformado en clínica Yo estoy formada en el área de la salud por lo que pensamos en abrir una clínica pediátrica y empezamos en la única estructura de concreto que había, un depósito de carbón. Así que, era un lugar muy feo, sucio y oscuro. Era terrible. Para este tiempo no teníamos mucha ayuda, ya que la gente pensaba que Haití era un lugar bonito y que se estaba haciendo una misión buena y fantástica en el Caribe. Mucha gente piensa que Haití es un lugar en donde se puede hacer surfing y demás pero nadie comprende la verdadera realidad de este país. Fue el terremoto el que llevo a Haití a los ojos del mundo. Entonces el mundo descubrió lo que realmente pasaba allí; un lugar tan cercano a los Estado Unidos. No estamos perdidos en medio del África, estamos muy cercanos al Nuevo Mundo. Así que no había mucho dinero para construir y empezamos la hermana Cristina y yo a pintar las paredes del depósito de carbón. Luego llegó un muchacho llamado Luisen que quería ayudarnos. Primero me enfadé un poco, porque pensé que luego de ayudarme a pintar me pediría dinero y evidentemente no tenía el dinero para pagarle. Por eso, existe un riesgo, el riesgo de pensar que ya sabemos todo lo que va pasar no dejando al otro la posibilidad de vivir lo que quiere y de ser libre. No debemos poner una barrera a la libertad del otro. En ese momento él me contesto: “si tú puedes hacer algo gratuitamente para mi país, también yo puedo hacerlo contigo”. Entonces, tomó la brocha y término de pintar toda la clínica. Así empezamos. De esto ya han pasado cinco años. Ese día, junto a él, llegaron tres chicos: James, Pushon y Alex. Ellos trabajaron con nosotros sin recibir nada a cambio. El dinero que llegaba era para la compra de medicamentos de los niños, la gasolina del auto o para comer algo juntos y nada más.
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