Koinonía 2012-2013

40 koinonía | anuario 2012-2013 la dejó volver. Así que yo me quedé sola de un día para otro. El consultorio y la casa se cayeron y yo me encontraba sola sin la hermana, sin la casa, sin el consultorio… sin nada. El arzobispo que me envió murió en el terremoto. Una vez más pensé que había llegado la hora de irme de Haití, porque ahora todo estaba tan difícil y pensaba que necesitábamos las ayudas de las grandes organizaciones internacionales. La Organización de las Naciones Unidas llegó con dinero, proyectos y profesionales. Caía en la idea de que yo estaba allí para hacer algo. Ahora no había nada, se había destruido el consultorio. Pensaba: “no puedo hacer nada y ahora debo irme.” No teníamos conexión con el mundo, no hubo internet por meses, los celulares no funcionaban y así consecutivamente. No sabía con quién hablar ni qué hacer. Cuando regresó la conexión con el mundo, llamé a Roma pidiendo hablar para irme porque no había condiciones para quedarnos. Hablando por teléfono me encuentro con un hombre de una organización extranjera que me ofreció construir nuevamente la clínica, el consultorio. Y, una vez más me quedé sorprendida, porque era Dios contestando a mis preguntas: ¿Qué puedo hacer ahora? ¿Por qué me sacaste de Brasil y me trajiste aquí y luego de cinco años de tanto camino y tanto trabajo ocurre un terremoto? Era demasiado. Luego llega este hombre a contestarme, porque Dios cuando nos habla, lo hace con lo que sucede en nuestra realidad, no es que nos envía un ángel. En la historia de la salvación ha habido ocasiones en donde un ángel fue enviado, pero normalmente, cuando Dios habla con nosotros, lo hace por medio de la realidad. Lo que sucede es que nosotros tenemos que tener el corazón abierto para reconocerle y comprender que lo que ocurre en la realidad es Él que está hablando conmigo. Las cosas no pasan por pasar, pasan porque hay alguien que piensa en mí y me quiere allí, frente a ese acontecimiento dentro de la circunstancia del momento. Bueno, llamé a Roma y me dijeron: “si te ofrecen la clínica, acepta y continua trabajando allí”.