Koinonía 2012-2013

50 koinonía | anuario 2012-2013 subjetiva. Buscando así mismo en los documentos de la Iglesia pude encontrar unas palabras que pronunció en aquel momento el Cardenal Jorge Bergoglio que, en este momento es el Papa, y dijo unas palabras, para que, siendo una fortaleza presente en el ser humano puedan utilizarse para ayudarlo a mirar más allá de lo que se le presenta. Dijo: “La ciudad actual es relativista, todo es válido y puede que caigamos en la tentación de que, para no discriminar, para incluir a todos, a veces sintamos que es necesario relativizar la verdad.” Y eso se da mucho: “Vamos a hacer un acto ecuménico para que todo el mundo se sienta “chillin”, para que todo el mundo se sienta bien.” Y, ese famoso acto ecuménico que tiene una finalidad, que es orar por todos los cristianos, puede ser un atentado para los católicos en el cumplimiento de santificar el domingo. Pero, así mismo, en muchos ambientes hacemos lo mismo. Y, decía el Papa: “No es así. El Dios nuestro que vive en la ciudad y se involucra en su vida cotidiana no discrimina ni relativiza. Su verdad es la del encuentro que descubre rostros y cada rostro es único.” Por eso, cuando nos acercamos con este modelo, reconocemos la individualidad del ser humano con unas realidades propias, con unas vivencias propias que hay que respetar y el experto de su vida y el experto del dolor es el paciente. Incluir personas con rostro y con nombre propio no implica relativizar valores ni justificar antivalores, sino que, no discriminar y no relativizar implica tener fortaleza para acompañar procesos y la paciencia del fermento que ayuda a crecer en la verdad del hombre. Por eso, cuando hablamos de las adicciones y, muy bien decía la profesora, hay diversidad de adicciones en las que el hombre, en su libertad, puede escoger buscando la felicidad. Pero, la felicidad del hombre está en Dios porque Dios lo ha creado y lo ha llamado a la vida para disfrutarse, para complacerse, para deleitarse en todo lo que Dios ha creado porque son muchas cosas las que Dios y, de hecho, ha creado para nuestro disfrute, nuestro gozo y nuestra paz.