Koinonía 2012-2013

51 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr El adicto pierde el control de su vida y necesita insertarse en un cuerpo donde experimente el amor de Dios y el modelo bio- psico-social-espiritual nos ayuda a que podamos acercarnos, a que el hombre sintonice con su creador. Por eso, los obispos del continente, en Aparecida, hablaron a los adictos, los miraron y los llamaron como “los rostros sufrientes que nos duelen.” Y, la Iglesia Católica y la Misión y Visión de esta universidad tiene que ser, dentro de lo que es ese ser humano holístico, verlo en la totalidad y, llamado a la santidad de vida, ayudarlo a encontrarse con ese fin último. Si apartamos la espiritualidad, es construir en vano. Dra. Dinah Ramos Ortolaza Aunque cada vez se reconoce aún más que el problema de la adicción se tiene que considerar como una enfermedad, nosotros no podemos dejar a un lado que ese uso inicial de las drogas, en la mayoría de los casos es voluntario. Y responde a lo que mencionó Padre Julio, que muchas veces nosotros estamos en busca de llenar unos vacíos y recurrimos a muchas cosas artificiales que “nos llenan”. Pero la realidad es que estas cosas artificiales, lejos de resolver un problema lo que hacen es traer problemas adicionales. Los factores que nos llevan a utilizar las drogas por primera vez son tan diversos como los seres humanos. Ahora, el problema es, y ahí entramos en lo científico, que una vez se pasa del uso casual a un uso que va más allá, entramos en el riesgo de desarrollar una adicción. Y, ya en ese punto, es un problema que va mucho más allá de simplemente tener la fuerza de voluntad y decir: “Bueno, yo voy a dejar esto, porque esto no es bueno y se acabó.” Así que, nosotros, los científicos, estamos tratando de identificar aquellos cambios que están ocurriendo en el cerebro de las personas adictas que nos lleven a explicar por qué se desarrolla esa adicción y entonces, ver, qué estrategias podemos utilizar para tratar las adicciones porque sabemos que la adicción tiene implicaciones muy grandes, no solamente médicas, sino también sociales y económicas.

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