Koinonía 2012-2013

¿ES VERDADERO AMOR A LA VERDAD? Giuseppe Zaffaroni Profesor de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico. Me he quedado muy dolido e indignado por cómo algunos medios de comunicación en los últimos días han tratado a la persona del Arzobispo de San Juan, Mons. Roberto González. Apelando al deber de informar y de dar a conocer la verdad, se han publicado cartas privadas, que constituyen solo un fragmento de un diálogo mucho más complejo, de carácter personal e interno a la Iglesia Católica. Llevar a la opinión pública estas cartas, ¿ha sido un auténtico servicio a la verdad? Pienso que no, por muchas razones. El sentido común, reflejado en la misma Constitución, reconoce que el respeto de la dignidad de la persona está por encima de cualquier otro derecho porque la dignidad de la persona es la fuente misma de todo derecho. La prensa, a menudo, parece convencida de que todo lo que pertenece a una figura pública debe ser público. Es un grave error de perspectiva: también a una figura pública se le debe el respeto a su dignidad y el derecho a la intimidad, es decir, a ser protegida de intromisiones indebidas y no autorizadas en asuntos que tienen que ver con lo más íntimo de la propia conciencia y que solo pueden hacerse públicos con el consentimiento de la persona interesada. En el fondo, ¿no se ha “condenado” a la Comay por este mismo motivo?

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