Koinonía 2014-2015

13 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr prensa, esta reflexión sobre la vida que han ido trazando los otros escritos de la revista Koinonía. Cuatro textos periodísticos escritos con valentía, exactitud e identidad por parte del Dr. Zaffaroni. Todos llevan la fecha de publicación en el periódico El Nuevo Día. Cronológicamente en el primero, titulado Las bombas de Obama y las bombas del Papa Francisco, aboga por la paz, porque el Estado Islámico exige reacciones inmediatas a sus amenazas. ¿Es lógica la respuesta del presidente Obama a las provocaciones del terrorismo? Según el doctor: “Tal vez detener el flujo de armas sea más eficaz que bombardear indiscriminadamente desde el cielo. ¿Y si la fe y la oración llevaran a entender mejor la realidad y a tomar acciones más sabias, equilibradas y eficaces? Tal vez las “bombas” del Papa van más lejos que las bombas de Obama.” Un sabroso comentario al proyecto de ley 2258 del Dr. Zaffaroni queda titulado como: Ley para borrar el drama de la vida. Los que plantean la ley, “nos dicen que esta propuesta de ley dará a los puertorriqueños la libertad de decidir si vivir o no el tiempo de sufrimiento y dolor que los separa de la muerte. Falso: esta libertad ya la tenemos. Todos tenemos la posibilidad de decir no a la vida en cualquier momento. Esta terrible posibilidad la dio el mismo Autor de la vida.” ¿Cuánta tinta ha exigido la lucha contra las decisiones de los gobiernos que quieren implantar, ahora en los Estados Unidos el matrimoniogay? “Nosolvidamosquecuando losprimeroscristianos movieron sus primeros pasos en el Imperio Romano, estaban rodeados por una mentalidad totalmente extraña al anuncio que traían y al estilo de vida que conducían: eran normales el aborto y el infanticidio, el adulterio, el divorcio, la práctica homosexual, la esclavitud, la discriminación de la mujer. ¿Qué hicieron los primeros cristianos? Simplemente vivieron delante de todos la belleza y la alegría de su experiencia humana transformada por el encuentro con Cristo resucitado.” Por eso, el título, también irónico, del artículo: Alegres y seguros como hace 2000 años.