Koinonía 2015-2016

101 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr Por otra parte, el Papa nos dice que: “el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto, es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos”. Con ello, se nos exhorta al cuidado de nuestros cuerpos de agua, recurso vital para todas las especies que coexisten en nuestro planeta, desde la más pequeña e indefensa a la más grande y astuta. No fue hace mucho que varias comunidades enPuertoRico, sufrieronde una temporada de sequía extrema, en donde el mismo gobierno se vio obligado a regular por medio de sanciones el uso y consumo desmedido de dicho recurso. Por situaciones como esta, debemos entender que cada acción tiene su consecuencia: ¿hasta qué punto debemos llegar para tomar cartas en el asunto? Al igual que el preciado recurso del agua, debido a los diversos efectos del cambio climático, la sociedad está siendo afectada, la pérdida acelerada de biodiversidad se ve gravemente amenazada. Lamentablemente, hemos sido los causantes de la extinción de muchas especies, organismos que poseen un rol incompensable que permite el funcionamiento óptimo de los diferentes ecosistemas. Razón suficiente por lo que debemos valorar cada especie, por su importancia como componente de este maravilloso planeta que el creador nos ha regalado. A esto, el Santo Padre menciona: “son loables y a veces admirables los esfuerzos de científicos y técnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano.” Entre los problemas que el Papa Francisco menciona en su encíclica está la producción y manejo de toneladas de desperdicios anualmente. El Papa nos dice que La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería (refiriéndose a los desperdicios que generamos). Como jóvenes tenemos una responsabilidad que asumir para el cuidado de nuestro planeta que “clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.” La pregunta que debemos hacernos es: ¿está en nosotros el poder

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