Koinonía 2015-2016

24 koinonía | anuario 2015-2016 a sus Apóstoles a bautizar en el nombre de la Santísima Trinidad. Es como si desde el bautismo nos injertaran en el misterio mismo del ser de Dios. En ese momento comienza nuestro proceso de santidad. En el plan divino Él nos dará todas las gracias necesarias para ser santos como Él es Santo, pero no suprimirá nuestra libertad. El hombre puede corresponder o no con este deseo divino. La resistencia al querer de Dios la llamamos pecado. De hecho, la libertad para decirle que sí o no a Dios está en función del amor que le debemos. La Iglesia tiene como misión ayudar, colaborar, facilitar dicho proceso de santificación y poner los medios a la disposición de todos y cada uno para asemejarse a Jesús, el único Hijo Santo por naturaleza. Jesús la dotó con todos los medios para que el Espíritu Santo dé las gracias necesarias para que todos sus hijos lleguen a realizarseenpleno.Todosycadaunodenosotros tenemosuncamino particular para corresponder con nuestro plan personalizado para llegar a dar el máximo del amor. A esto le llamamos la vocación particular. El gran reto para cada hijo de Dios es conocer cómo Dios quiere que nos hagamos santos. Para los estudiantes de arquitectura es importante saber el plano para construir su edificio y ser fieles al diseño del mejor arquitecto, que es el mismísimo Dios. Él no ha diseñado una obra maestra como lo es nuestra vida particular, sin haber provisto todos los materiales que necesitamos para terminarlo. El mismo Jesús nos advirtió en el Evangelio que uno no comienza una obra sin saber si puede concluir, llevarla a término. Tenemos que llegar a conocer y a aceptar, secundar y proseguir en el proyecto que Dios tiene para cada uno llegar a ser santo. Todo bautizado, sea cual fuere su estado en el cuerpo de la Iglesia, ha de ser fiel a dicha vocación común, pero por un camino peculiar, irrepetible, personalizado. A través de sus inspiraciones, llamadas,

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