Koinonía 2015-2016

32 koinonía | anuario 2015-2016 los citados, se les pregunta sobre las virtudes y los defectos de la conducta del siervo de Dios. ¿Perseveró el siervo de Dios en la fe cristiana hasta su muerte? ¿Vivió las virtudes, sobre todo la fe, la esperanza y la caridad, en un grado excepcional, es decir, superando lo que se espera de un cristiano común y corriente? Se verificará que al candidato no se le rinde un culto público que no se ajuste a las normas prudentes de la Iglesia. Hay que evitar que se cuelen supersticiones. Se cerciorará, con una inspección visual pero científica de la tumba donde descansan los restos del siervo de Dios y en los lugares donde vivió o murió, que no se le rinde culto indebido. En el caso de San Juan Diego en México, no se pudo hacer esto, porque su tumba no se pudo precisar. Tampoco fue el caso de Santa Edith Stein, que fue incinerada en Auschwitz- Birkenau. En el caso tanto del beato Carlos como en el de la sierva de Dios, Sor Soledad Sanjurjo de las Siervas de María en el Viejo San Juan, se aprovecha para relocalizar dichos restos en un lugar más idóneo para el posible culto futuro del candidato. Ésta última fue trasladada desde el cementerio del Viejo San Juan al convento u hospital de la Concepción junto a Fortaleza. Los restos del Beato Carlos fueron trasladados a la Catedral de Caguas. Los resultados de todos estos procesos se recogen en los hechos o Acta diocesana. Dos copias de dichas actas, junto con las copias auténticas de todos los escritos del Siervo de Dios, son puestos en un baúl o caja que será debidamente sellada, lacrada y remitida a Roma, a la Congregación de las Causas de los Santos. La causa de la Madre Dominga de Yauco, causa tramitada en esta Diócesis de Ponce, ya superó esta etapa y ya ha sido remitida a la Santa Sede. La fase Apostólica o romana ante la Congregación Romana de la Causa de los Santos, que es presidida por un cardenal, comienza con la recepción de las actas selladas que serán abiertas para examinar la validez del proceso diocesano. Entonces se procede a asignar un relator general. El relator, que es un oficial de la Congregación, estudia la causa y consulta con un asistente, frecuentemente el

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