Koinonía 2015-2016

35 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr remisión temporera. Si el proceso diocesano es positivo, las Actas y copias de la evidencia científica y los testimonios, son remitidas a la Congregación de la Casusa de los Santos, donde el proceso de investigación y evaluación diocesana es rigurosamente revisado en dos aspectos: el médico o de peritos, y el teológico. Hay 5médicos de la congregación romana y un Congreso de Teólogos compuesto por lo menos de 7 miembros que evaluarán la veracidad del supuesto milagro, descartando otras explicaciones o causas naturales para explicar el supuestomilagro o curación. Si el dictamen es positivo se procederá a someter la positio positiva a la Congregación Ordinaria de Cardenales y Obispos. Un dictamen positivo se le refiere al Papa, indicándole que es posible con seguridad proceder a la beatificación del venerable. Una vez más, es prerrogativa exclusiva del Papa proceder a declarar a un siervo de Dios venerable. Una vez declarado beato, habrá una ceremonia pública y solemne donde el Papa, o su delegado, presidirá una Misa donde se hará efectivo dicho decreto declarativo. El postulador de la causa le pedirá al Papa que proceda a inscribir en el martirologio romano, el nombre de dicho beato. Se traerán varias reliquias del nuevo beato para guardarse en Roma y la Congregación también regalará a los que pidan, reliquias del beato debidamente certificadas. Se creará un oficio litúrgico propio, con lecturas para el oficio de lecturas y una oración colecta para su fiesta o memoria el día en que murió, o si hay que hacer un ajuste de fechas, como pasó con nuestro beato o con San Juan Pablo II, en otra fecha significativa en su vida. San Juan Pablo II gustaba de beatificar en Roma o en otros países, a muchos venerables, como fue el caso de nuestro Beato Carlos Manuel. En ocasión de la Cuarta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo en octubre del 1992, este Papa quiso canonizar a SanEzequielMoreno, un religioso natural de España, que fue un santo obispo de Pasto, en Colombia, a fines del siglo XIX. El canonizado no tenía nada que ver en la