Koinonía 2015-2016

57 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr mueve a misericordia, lo atiende y cura sus heridas. La importancia de la misericordia en los evangelios se deduce también de que el mismo Jesús y el Padre que acoge al hijo pródigo son descritos desde ella. En el Evangelio de Lucas encontramos otro aspecto importante para vivir con fe el Jubileo. El evangelistanarraqueJesús, unsábado, volvió a Nazaret y, como era costumbre, entró en la Sinagoga. Lo llamaron para que leyera la Escritura y la comentara. El pasaje era el del profeta Isaías donde está escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor» (61,1-2). “Un año de gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Nos dice Francisco: Este Año Santo lleva consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad a cuantos han sido privados de ella. (16) Las páginas del profeta Isaías resuenan en estos tiempos de crisis « Este es el ayuno que yo deseo: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no abandonar a tus semejantes. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu herida se curará rápidamente; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: “¡Aquí estoy!”. Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si partes tu pan con el hambriento y sacias al afligido de corazón, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía.» (58,6-11).

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