Koinonía 2015-2016

59 instituto de doctrina social de la iglesia | pucpr Dios y del ser humano. Cuando Jesús quiere hacer ver lo que es el ser humano íntegro cuenta la parábola del buen samaritano. Es un momento solemne en los evangelios que va más allá de la curiosidad por saber cuál es el mayor de los mandamientos. Se trata, en dicha parábola, de decirnos en una palabra lo que es el ser humano. Pues bien, ese ser humano íntegro es aquel que vio a un herido en el camino, reaccionó y le ayudó en todo lo que pudo. No nos dice la parábola qué fue lo que discurrió el samaritano ni con qué finalidad última actuó. Lo único que se nos dice es lo que hizo “movido a misericordia”. El ser humano íntegro es, pues, el que interioriza en sus entrañas el sufrimiento ajeno -en el caso de la parábola, el sufrimiento injustamente infligido- de talmodoque ese sufrimiento interiorizado se hace parte de él y se convierte en principio interno, primero y último de su actuación. La misericordia -como reacción- se torna la acción fundamental del ser humano. Esta misericordia no es, pues, una entre otras muchas realidades humanas, sino la que define en directo al ser humano. Por una parte, no basta para definirlo, pues el ser humano es tambiénun ser del saber, del esperar y del celebrar; pero, por otra parte, es absolutamente necesaria. Ser un ser humano es, para Jesús, reaccionar con misericordia; de lo contrario, ha quedado viciada de raíz la esencia de lo humano, como ocurrió con el sacerdote y el levita, que “dieron un rodeo”. Misericordia es, pues, lo primero y lo último; no es simplemente el ejercicio categorial de las llamadas “obras de misericordia”, aunque pueda y deba expresarse también en éstas. Es algo mucho más radical: es una actitud fundamental ante el sufrimiento ajeno, en virtud de la cual se reacciona para erradicarlo, por la única razón de que existe tal sufrimiento y con la convicción de que, en esa reacción ante deber-ser del sufrimiento ajeno, se juega, sin escapatoria posible el propio ser.