Koinonía 2015-2016

64 koinonía | anuario 2015-2016 el “escuchar”. A Dios le corresponde “ver” “vio que todo era bueno” en la creación (cfr. Génesis 1) “vio”, con sus propios ojos, la opresión en Egipto (cfr. Ex 3,7). Al hombre, en cambio, le toca “escuchar” a Dios. La “fidelidad” es fundamentalmente obediencia, es decir, escucha o “Shemá”. Cuando se cambia este orden acontece la crisis, la idolatría, que es el pecado por excelencia que trastoca todo. Cuando el ser humano se coloca como el que “ve”, el que más sabe, y no como el discípulo (el que oye), se invierten los papeles. Eva fracasa porque se deja llevar por la belleza del fruto: “VIO que era apetecible a los ojos…” (Gen 3,6). Lo que se “ve” –como el becerro de oro- se vuelve “ídolo”. El relato de Génesis 1 está montado sobre un “orden” fundamental que argumenta que del “caos” se llega al “shabbath” por medio del “ver” de Dios y de la obediencia de las criaturas a su voz, al “dijo Dios… hágase”. La desobediencia hace retroceder la creación hasta el caos nuevamente, la crisis. Si la finalidad del trabajo semanal y de los afanes humanos no es el “shabbath” (descanso reparador y de contemplación), entonces en vez de progresar se retrocede al caos inicial. “Convertirse”, en este sentido bíblico fundamental, es volver al camino que conduce al Shabbath. No hacerlo desemboca en la muerte (Caín que mata a su hermano). la solución bíblico-teológica: la misericordia La misericordia “apaga” lo que Dios ve de idolátrico en el ser humano, y, por lo tanto, “silencia” el juicio de la ley. Dios queda, por así decirlo, “ciego” ante la culpa humana. La misericordia es una revelación del paso de los sentidos al corazón (=cor), que es un nivel más profundo, místico. La misericordia de Dios provoca que se regrese al sentido verdadero de la creación, que es el enfrentamiento entre la “miseria” y el “cor”, con la “apuesta” por parte de Dios de que en ese enfrentamiento la misericordia vencerá sobre el juicio: “la misericordia y la fidelidad (la obediencia de la