Koinonía 2015-2016

78 koinonía | anuario 2015-2016 los noventa concluyen, en su mayoría, que la fe está asociada a beneficios que ésta presta en el área de la salud mental. Se indica también que las personas con una fe activa tienen mayor fortaleza emocional para enfrentar diversas crisis emocionales. Otros estudios señalan que la fe es un elemento positivo para la salud mental, porque ofrece un propósito definido para la vida: tener fe en Dios, poseer una amplia capacidad de amar y perdonar, facilitar la capacidad de meditar y experimentar paz interior, y el sentirse parte de una comunidad, lo cual conlleva un sentimiento de aceptación. La fe, o la espiritualidad, se ha constituido en una variable real, no subjetiva. Es predecible, y para algunos hasta medible, por lo cual es necesario considerarla como herramienta de ayuda en el ámbito universitario, para personas con problemas de Salud Mental. La oración, la lectura de la Biblia y la participación activa en comunidades eclesiásticas son ahora consideradas factores terapéuticos o prescripciones dadas por los profesionales de la salud mental a sus pacientes (Armentrout, 1995; Hill y Butter, 1995). Cuando aceptamos estas conclusiones como buenas, el reto de las instituciones universitarias son las de crear y fomentar espacios de crecimiento y vivencia en la fe, donde se respete la dignidad de la persona humana y que vayan más allá de un mero sello o distintivo, sino que en realidad permee en el ambiente universitario y sea una herramienta principal de apoyo ante la problemática de salud mental en el entorno universitario. Sin embargo, la iglesia, también enfrenta un reto, el de conectar con los jóvenes universitarios, muchos de los cuales, según estudios, se apartan de la vida de fe al no encontrar en la iglesia herramientas que den respuesta a los nuevos puntos de vista sobre la vida que van conociendo y experimentando. Así que, es una tarea que nos compete a todos, tanto a las administraciones

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