La convocatoria de una semilla: Fundamentos y dinámicas del desarrollo constitucional de Puerto Rico | Cuarta Edición
Mensaje del autor Estimado estudiante: Hoy inicias un peregrinar por senderos nuevos que representan retos y oportunidades. Retos para adquirir conocimientos en los diferentes campos del derecho y destrezas que te han de permitir crecer como investigador, litigante y jurista. Sobre todo el gran reto es profundizar tus esencias frente a todas las tormentas que encontrarás en el camino. Tendrás oportunidades de conocer, en persona y en conferencias, a personas extraordinarias. Aquellos que han enfrentado la injusticia a través del derecho y a aquellos juristas que saltaron su tiempo adelantando causas y luchas de futuro. Invito tu quehacer en tres direcciones: Primero: cultura. Tus creencias, valores y tradiciones. Un abogado no es un técnico del derecho, es mucho más. Es un ser con interés de conocer, de aprender diariamente de su entorno y de los demás seres humanos. Es un ser que no se limita al derecho en sus inquietudes y conocimientos. Es un ser que visita museos, conoce de música, deportes, poesía. Es un ser de valores y estilos propios. Un ser que tiene creencias y valores cristianos y que respeta a los que no lo tienen. Un ser que “valora la gente por lo que son y no por lo que tienen”. Muy pronto te asaltará el sentimiento de que son más las lecturas asignadas de los que te es posible atender. Sin embargo, para sobrevivir y vivir, mi consejo es que tengas otras lecturas y rutinas nutritivas que inspiren y motiven tu ser, te brinden entendimiento y alegría de vida más allá de lo asignado. Encontré ese amigo leal en las lecturas de biografías que abrían mi entendimiento y horizontes y me permitían escalar las empinadas y resistentes jaldas de estudiar materias difíciles para mis
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