La convocatoria de una semilla: Fundamentos y dinámicas del desarrollo constitucional de Puerto Rico | Cuarta Edición

xiv pontificia universidad católica de puerto rico preferencias. Esa cultura se comunica en los estilos, la manera de hablar, estacionarse, en el uso del celular en la forma de tener empatía con las causas y por los demás. Segundo: un abogado y estudiante de derecho tienen que ser organizado . Hay que tener agenda de estudios, tiempo de familia, clases, salud, diversión, ejercicios e imprevistos de manera programada. Hay tiempo para casi todo, la clave es organizarse. Si tomo esta clase asigna las horas de estudio para la misma. Disminuye las improvisaciones. Se ha dicho, con razón, que existe una disyuntiva entre los asuntos urgentes y los importantes. Entre los importantes están los tiempos de planificación, capacitación, los de establecer relaciones y los dere- creación. Si uno no se organiza, lo urgente tiende a dominar y se debilitan los asuntos realmente importantes. Al pensar tu tiempo comienza por las primeras prioridades en términos de tus adjudicaciones. “Lo primero, lo primero”. Tercero: un abogado es un profesional del derecho con vocación de justicia. Mirando a la distancia de los años lo que resalta son las causas buenas por las que luchaste, la gente que tocaste con tus acciones y pensamientos. Eso es lo que te distingue. Los seres humanos perfilan su legado a través del tiempo, pero existen momentos definitorios, casos y situaciones que marcan a las personas y a los pueblos. Para esos hay que estar listos y dispuestos. Los análisis no pueden opacar el tiempo de la acción y las evaluaciones eternas, en eso se convierten. Nunca vas a tener todos los elementos de juicio. Al final del camino protege tus legados, a los que brindaste tu sincera pasión por las causas de la justicia. El derecho es un medio para hacer justicia y no un fin en sí mismo. A continuación deseamos compartir contigo un ensayo sobre nuestro desarrollo constitucional. Mi invitación es a conocer nuestra historia, las instituciones y las grandes luchas que la forjaron. No es un relato de verdades incuestionables. Es la semilla de nuestros antepasados que sembraron con su vida

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