La convocatoria de una semilla: Fundamentos y dinámicas del desarrollo constitucional de Puerto Rico | Cuarta Edición

29 la convocatoria de una semilla: fundamentos y dinámicas del desarrollo constitucional de puerto rico halló con pocos edificios y siembras en sus tierras optó el partido de abandonarlas por la misma razón que las dejaba, no halló quien se hiciera cargo de ellas. Todas ellas reclamaban medidas económicas, educativas y de justicia a los agricultores. En nombre de la lealtad profesada al rey, le reclamaban su buen gobierno y su gestión justiciera, de igualdad y trato digno. La destacada académica Silvia Álvarez Curbelo nos regala un ensayo sobre estas Instrucciones tocado por la magia de la palabra. La primera de estas, la de San Germán, es en la que se hace alusión a la posibilidad de rumbos independientes. Sobre esto expresó lo siguiente: Primeramente debe protestar que esta Villa reconoce y se sujeta a dicha Suprema Junta Central ahora y en todo tiempo que gobierne en nombre de Nuestro muy Amado, Augusto y Dignísimo Rey el señor Don Fernando Séptimo y su Dinastía; pero si por Disposición Divina (lo que Dios no permita) se destruyese ésta y perdiere la Península de España, quede independiente esta isla y en libre arbitrio de elegir el mejor medio de la conservación y subsistencia de sus habitantes en paz y religión cristiana. ¿Qué de viejo, que de nuevo hay en esta instrucción que se toma por muchos como una primera clarinada por la independencia, una afirmación de nacionalidad? De viejo, una identidad regional cuajada a lo largo de los siglos por la distancia con San Juan y la indiferencia de la metrópoli. De nuevo, una densificación del regionalismo al calor de lo que Humboldt, el científico y humanista alemán, apreció en su viaje a América a principios de siglo: una creciente conciencia de sí en las colonias españolas. Este sentimiento remite a muchas convergencias: una mayor suficiencia económica; el desplazamiento gradual de la defensa colonial a las fuerzas locales; la pedagogía de los jesuitas que aquí no se da; y el peso poblacional. Aunque Puerto Rico está distante de los índices económicos mexicanos y hasta de los índices cubanos, la incipiente conciencia de sí no es aquí algo etéreo, no es un cendal flotante. Está ligada, si nos atenemos a los textos de las Instrucciones, especialmente la de San Germán, pero también más veladamente en el resto, a un convencimiento de que muchos de los males que padece la Isla, a pesar de su feracidad natural y el esfuerzo de sus habitantes, se deben al arbitrio de quienes la han gobernado, que si no

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