La convocatoria de una semilla: Fundamentos y dinámicas del desarrollo constitucional de Puerto Rico | Cuarta Edición

98 pontificia universidad católica de puerto rico su personalidad y sus logros fueron la clave para impulsar las reformas constitucionales de Puerto Rico. Piñero y su gabinete cuadraron el presupuesto sin despedir a nadie, mantuvieron el Gabinete de Tugwell, aumentaron la expectativa de vida del puertorriqueño en más de diez años, implantaron los programas de veteranos, educación, vivienda, buena administración fiscal y de gobierno, crearon miles de empleos mediante la Ley de Exención Contributiva y se aseguraron de una actuación responsable y creativa de la Legislatura.. Estos ejemplos fueron la puerta para exigir más poderes. El presidente Truman tenía como carta de presentación el buen gobierno de Puerto Rico para respaldar sus iniciativas. Se ha relacionado en detalle el proceso de nombramiento del primer gobernador puertorriqueño, el cual expone: • cómo se toman las decisiones en Estados Unidos y lo cambiante del proceso; • cómo líderes con una visión, como la de Truman, Tugwell y Muñoz adelantaron un proceso frente a fuerzas sumamente poderosas. Se nombró a Piñero y el Senado de Estados Unidos lo confirmó frente a un informe adverso del FBI; y • cómo las personalidades pueden ser factores decisivos en la historia. La personalidad sin ambiciones, amistosa y de bajo protagonismo de Piñero fue su gran aliada. La Ley del Gobernador Electivo de 1947 y, luego, la Ley 600, que convocaba al gobierno constitucional y por el consentimiento de los gobernados, fueron posibles por una administración pública eficiente y visionaria de los puertorriqueños. La esperanza de Luis Muñoz Rivera en 1915, cuando le escribía a don Rosario Canales que «nuestra misión consiste en demostrar que nuestro país sabe gobernarse», se hacía realidad bajo el liderato de su hijo. Al aprobarse esta Ley, Muñoz tuvo grandes reservas de aceptar postularse para gobernador, pues dudaba de que el Gobierno de Estados Unidos entendiera que ya no eran necesarios otros desarrollos políticos. Finalmente, decidió aceptar el reto y convertirse en el primer gobernador electo de Puerto Rico y su líder por espacio de tres décadas. Más adelante se verá la influencia de su acción y pensamiento transformador.