La familia puertorriqueña: un acercamiento socio-histórico

31 la familia puertorriqueña: un acercamiento socio - histórico niños en Puerto Rico tenga, en la asistencia pública, su única fuente de ingresos, un poco más de la mitad de la proporción de los niños que participan de estos servicios en los Estados Unidos (23%). Finalmente, queremos traer a colación el serio problema de salud mental que presentan nuestros niños y adolescentes en Puerto Rico y que, tristemente, no se evidencian políticas sociales que atiendan efectivamente el problema. Hace casi una década, la Dra. Gloria Canino (2004), del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, realizó un estudio epidemiológico donde se evidenció que cerca del 6.4% de los/las niños/as y jóvenes entre las edades de 4 a 17 años de edad llenaban los criterios diagnósticos mínimos para uno o varios desórdenes mentales del DSM-IV. Estos diagnósticos sugerían impedimento leve o moderado en estos niños y niñas. De los niños que cumplieron con los criterios generales de diagnóstico, el 6.9% llenó los criterios para un trastorno emocional severo (Canino, et al., 2004). En nuestra Isla, la agencia encargada de velar por la situación de la salud mental de la población lo es la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA). Un informe preparado por esta agencia en el 2006 ( Plan for comprehensive Community Mental Health Services for Adults with Severe Mental Illness and Children and Adolescents with Seriously Emotional Disturbances for 2006), identificó unos 59,184 niños/as en necesidad de servicios psicológicos y psiquiátricos. De éstos, alrededor del 88% cumplía con los criterios de disturbio emocional severo. Curiosamente, el informe admite que solo 32,449 niños y adolescentes (55%) recibieron algún tipo de servicio y que los demás 26,735 (45%) no recibieron el mismo por falta de recursos de la agencia. Estamos hablando de que casi la mitad de los niños que necesitan algún servicio de salud mental no lo están recibiendo. A pesar de que este informe ya cuenta con más de seis años, no se conocen nuevas políticas públicas que revelen que la realidad de la salud mental de la niñez en nuestra Isla haya cambiado, más aun, se desconoce el problema real debido a la falta de estadísticas, ya que las corporaciones privadas contratadas por el gobierno no publican sus números de servicios. El cuadro antes descrito sobre la niñez en Puerto Rico revela la gran necesidad de proveer servicios psicosociales de mejor calidad y alcance para nuestra población infantil. Ante las limitaciones reconocidas y evidentes del gobierno para lidiar con estos problemas, es necesaria una alianza entre las agencias gubernamentales y el tercer sector de la

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