La pobreza y los pobres en Puerto Rico: reflexiones desde la doctrina social de la iglesia y algunos lineamientos para la pastoral social

15 la pobreza y los pobres en puerto rico: reflexiones desde la doctrina social de la iglesia y algunos lineamientos para la pastoral social De otro lado, tenemos en Puerto Rico un alto por ciento de individuos y familias que, por las condiciones estructurales de nuestra economía, la desindustrialización y las altas tasas de desempleo, dependen de las transferencias de fondos del gobierno federal de EE.UU . para su subsistencia. Esta situación plantea grandes retos desde la Doctrina Social de la Iglesia, ya que se violenta en cierto modo el principio de la subsidiariedad, el cual plantea que: “ la promoción de la dignidad de la persona requiere que las instituciones de orden superior se coloquen en una actividad de ayuda o apoyo en la promoción de las instituciones menores como la iniciativa individual, familiar o comunitaria” ( Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia , Núm. 186). En el caso de Puerto Rico, el Estado, en este caso representado por agencias del Gobierno Federal de los EE.UU. parece haber suplantado, en lugar de apoyado, las iniciativas familiares, comunales, y a veces hasta individuales, encaminadas a lograr el sostenimiento económico de un número significativo de individuos y de familias en el país. El reto aquí es generar iniciativas que promuevan el auto-sostenimiento de las familias y el rompimiento con las redes de la dependencia, proveyéndoles a los pobres formas de superarse económica y socialmente. En un tema relacionado, los doctores Bernardo Kliksberg y Marcia Rivera establecieron en el 2007 que “la pobreza puertorriqueña está ligada inequívocamente a altísimas tasas de desempleo y subempleo”. Como ya hemos mencionado, un análisis de la tasa de desempleo en Puerto Rico desde 1950 denota que la misma siempre ha superado el 10%, lo cual se considera inapropiado para una economía capitalista. El Compendio de Doctrina Social de la Iglesia establece que “El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana”. (# 287) Igualmente, establece que “el trabajo es un bien de todos, que debe estar disponible para todos aquellos capaces de él… (# 288) y que “la capacidad

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