La Salud Mental en Puerto Rico: una mirada desde las estadísticas y las políticas públicas

cuadernos de investigación social y económica pontificia universidad católica de puerto rico 14 Todos los datos o resultados expuestos llevan a la conclusión de que es imperativo considerar que la salud mental es algo más que la ausencia de síntomas. La salud mental puede asociarse con la psicología positiva desde la capacidad de desarrollar una inteligencia emocional o social hasta el bienestar subjetivo. Se relaciona con la resiliencia, con una capacidad de mantenerse integrado en la solidaridad hacia los demás, de valorarse a sí mismos y de saber responder efectivamente a las dificultades. Como indica el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (2005), la finalidad inmediata de la Doctrina Social es la de proponer los principios y valores que pueden afianzar una sociedad digna del hombre. Entre estos principios, el de la solidaridad en cierta medida comprende todos los demás: éste constituye “uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la organización social y política”. El énfasis en las estrategias de afrontamiento permitiría una rápida adaptación al estrés y a la ansiedad que genera las problemáticas sociales de nuestro país. El cuidado que necesita la población con problemas de salud mental, o en riesgo de tenerlos, requiere de la identificación e intervención tempranas, así como su evaluación y tratamiento. Las profesiones de ayuda deben promover prácticas psicológicamente saludables a favor de la salud mental en Puerto Rico con énfasis en la educación. El fomentar un sistema de educación dirigido a la información y a la capacidad de conocimiento crítico que permita a la población tomar decisiones es importante al momento de proponer un sistema de salud universal. Entre otros, el sistema de educación debe incluir: el enfoque en la educación, prevención, tratamiento, información, cuidado directo, movilización, calidad de vida, seguridad y vigilancia. Se propone un sistema de salud en el que se integre el aspecto educativo a todos los niveles administrativos, la evaluación continua y profesional que promueva conciencia crítica sistemática. Debe aspirarse a un sistema que tome en consideración la prevención, y que esté compuesto por equipos multidisciplinarios e integrados por profesionales de las áreas tales como la Consejería, el Trabajo Social, la Psicología, la Psiquiatría y la Criminología enfocados en un modelo comunitario de salud mental. Asimismo, la inclusión de la perspectiva enfocada en el cliente en su tratamiento, junto al respeto a la dignidad humana y a la diversidad cultural suponen el desarrollo de un sistema de salud mental integral dirigido al bienestar del ser humano. Entendemos que con un sistema como éste estaremos sirviendo la salud mental de los puertorriqueños a tono con los requerimientos de la Doctrina Social de la Iglesia.

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