La Salud Mental en Puerto Rico: una mirada desde las estadísticas y las políticas públicas

cuadernos de investigación social y económica pontificia universidad católica de puerto rico 8 salud pública a una reforma de privatización de los sistemas de salud. Este desarrollo ha llevado a incorporar los servicios de salud mental. Puerto Rico ha sufrido una gama de cambios, ajustes y legislaciones que le ha permitido dicho desarrollo. En Puerto Rico se comenzaron los servicios de salud mental en el área de San Juan, cerca del año 1820. Eventualmente se extendieron a diversas áreas de la isla. Los hospitales psiquiátricos tuvieron sus fluctuaciones en servicios, cierres y transformaciones. Múltiples legislaciones se realizaron con el propósito de preservar dichos servicios al igual que salvaguardar la dignidad y los derechos del paciente. Entre las legislaciones más notables se encuentran la Ley Orgánica del Departamento de Salud (1912), la Ley 116-Código de Salud Mental de Puerto Rico (12 de julio de 1980), la Ley 194- Carta de Derechos y responsabilidades del Paciente (25 de agosto de 2000) y la Ley 408- Ley de Salud Mental de Puerto Rico (2 de octubre de 2000) entre otras. Esto, sin mencionar las creadas y aprobadas en Estados Unidos que han impactado a Puerto Rico, como por ejemplo la Ley Federal de Rehabilitación de 1973, Ley Federal de los Ciudadanos Estadounidenses con Impedimentos (Ley ADA) del 1990 y sus respectivas enmiendas, entre otras. Además de las leyes, diversas organizaciones fueron creadas o contratadas para ofrecer el servicio de salud mental bajo el concepto de Cuidado Dirigido (“Managed Care”). Entre éstas se encuentran: Administración de Seguros de Salud de Puerto Rico (ASES), Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), First Hospital Corporation (FHC), Behavioral Health Partners (BHP), American Psyche Systems (APS) y otras (Rivera, s.f.). Pese al desarrollo de sistema de cuidado dirigido, se han suscitado muchas críticas sobre el aspecto de la prestación de servicios, sobre la cual permea la postura de que aún no se ha podido establecer una reforma adecuada que sirva a la prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y seguimiento del paciente. La Organización Panamericana de la Salud (2007) indica que entre algunas de las debilidades del sistema de cuidado dirigido se ha encontrado que: ”Se han afectado los programas de prevención primaria y secundaria, de forma continua, uniforme y sistemática” “Hay ausencia de un verdadero Sistema de Salud comprensivo, integrado, racional y costo-eficiente que responda a las necesidades y aspiraciones de salud de los puertorriqueños”;

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