Puerto Rico: Hora de Fe y Esperanza

16 conferencia episcopal puertorriqueña los puertorriqueños y puertorriqueñas, estamos muy divididos y polarizados; no estamos unidos; estamos estancados. Nuestra unidad es necesaria si queremos progresar; si queremos eliminar las desigualdades entre nosotros y nosotras y convivir con nuestros distintos pareceres en un espíritu de respeto mutuo, amor y misericordia. En este sentido, el esfuerzo por refundar nuestra Patria puede convertirse en un proyecto para crear esa unidad tan necesaria y anhelada entre todos y todas los boricuas. Debemos iniciar este proceso partiendo de nuestra identidad, cultura y raíces cristianas; de la herencia taína, africana, española y nuestra tradición latina. También, destacando aquello bueno de la relación con Estados Unidos como es: la libertad religiosa, la democracia, las libertades individuales y su tradición educativa. Es una refundación en que Dios sea el principal alfarero y moldee a nuestra patria para que sea vasija que acoja a todos sus hijos e hijas y les dé progreso, bienestar, seguridad y salud en condición de igualdad, justicia y dignidad. 23. Para esto, también es necesario un proceso de conversión personal y pastoral que nos lleva y se fundamenta en el encuentro personal con Jesucristo, en el que todos los fieles, junto a sus Pastores, nos insertemos como se establece en Aparecida y es reiterado por el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y promoción humana, que necesariamente debe expresarse y desarrollarse

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