Mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña

13 mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña Cultivaban plantas medicinales y achiote que utilizaban para pintarse la cara y el cuerpo en las fiestas y ceremonias. Cultivaban una planta que les pareció muy rara a los españoles: el tabaco, el cual enrollaban, prendían y aspiraban por la nariz. Los niños y las niñas taínas compartían el trabajo con sus padres. Junto a la madre, espantaban los pájaros para evitar que se comieran las semillas y, junto al padre, cazaban cotorras. El pueblo taíno estaba dividido en varios distritos de gobierno. A la cabeza de cada uno había un dirigente, un cacique o una cacica. Este dirigente gobernaba en su comunidad y distribuía las tareas. La mujer podía gobernar en la sociedad taína si pertenecía a la clase social de los nitaínos que eran los que tenían más riquezas. El cargo del cacique y los bienes en la comunidad taína se heredaban a través de la mujer. Por ejemplo, si un cacique moría, el cargo pasaba a su hermana o a los hijos de su hermana. La mano de la mujer taína aparece en otras actividades importantes para la comunidad. Es ella la que convierte el algodón en hamacas y redes de pescar; la que teje naguas, vendajes, lanzadores y agarraderas para arcos y flechas. Con la fibra de maguey teje cestas y alfombras. Comparte con el hombre el barro, con el cual se elaboraban ollas, platos y otros utensilios de cocina. Las mujeres taínas participaban en los areitos y en ceremonias de cantos y bailes. Recitaban poemas largos que narraban el origen del pueblo. Así, de tanto repetir su historia al ritmo de la música, no olvidaban sus tradiciones, ni sus costumbres ni sus antepasados. Hacían competencias y jugaban pelota con los hombres. Por lo que, es la mujer taína la que transmitía las tradiciones a las futuras generaciones. Según cuentan los historiadores puertorriqueños, algunas mujeres fueron a las guerras entre taínos y españoles. Luchaban por robarles la comida y los adornos de oro a los españoles. A veces los taínos atacaban por mar, en canoas, a los españoles y algunas mujeres taínas disparaban con flechas desde las canoas. Para el siglo XVII y XVIII, la mujer criolla estuvo presente y caminó tierra adentro, aró la tierra, crió familia y pobló la isla. Sembraba el café en las laderas de las montañas, trabajaba de sol a sol en las plantaciones

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