Mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña

92 pontificia universidad católica de puerto rico desafiando cualquier obstáculo que se le presente. Desde el punto de vista cristiano, la mujer es una creación especial de Dios, con un propósito definido y específico. No era bueno que el hombre estuviera solo, necesitaba una ayuda idónea. Por tanto, Dios le presentó a la mujer y juntos constituyeron la célula vital de la sociedad que es el hogar. Cuando un hogar funciona de manera correcta y normal, unido a otros hogares normales, se produce una sociedad sana y vigorosa que trae paz y seguridad a quienes la integran. Los niños pueden jugar y reír a puertas abiertas, los jóvenes inspirados en el ejemplo paterno, son estimulados a estudiar y a trabajar para reproducir el modelo adquirido en su hogar y formar así una nueva familia normal. Después de todo, la mujer es una pieza vital en el correcto funcionamiento del hogar. Dios quiere que este sea un lugar donde sus moradores se sientan protegidos, queridos y que sus necesidades sean satisfechas. Cuando eso no se logra, no solo sufren los integrantes de la familia, se altera también el estado normal de la sociedad. Lamentablemente, en este tiempo la realidad es esta: la familia lucha para sobrevivir a una profunda crisis. En muchos casos ya no existe un hogar y una familia, solo pedazos maltrechos de ella. En su plan perfecto, Dios creó a la mujer con una sensibilidad y capacidad especiales para que en su rol de madre y esposa pudiera llenar las necesidades de los miembros de la familia. La Palabra de Dios habla de la mujer virtuosa, aquella que ha comprendido muy bien para qué el Señor le permitió nacer mujer. Es la que se levanta temprano, da comida a su familia, cose la ropa, limpia la casa, alarga su mano al pobre. También cuida su propia apariencia y agrada a su esposo. La Biblia dice que abre su boca con sabiduría y redime el tiempo, ve que vayan bien sus negocios, trabaja con diligencia para ayudar al presupuesto familiar. Considera los caminos de su casa y no come el pan de balde. (Proverbios 31) Como vemos, la tarea de la mujer no tiene límites. Algunas pueden quedarse todo el tiempo en casa, pero la mayoría se ve obligada a salir a trabajar fuera del hogar. No es fácil, pero es posible encontrar el equilibrio para lograr algo bueno en su vida de mujer y sentirse realizada en todo sentido. Para eso, deben establecer prioridades.

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