Mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña

99 mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña entre las nuevas necesidades familiares y los servicios ofrecidos por el Estado de Bienestar. Se analizan las tareas específicas de gestión de los espacios y tiempos de trabajo en el hogar como la actividad propia de las mujeres. Se distingue entre producción doméstica de bienes y tareas de cuidado o apoyo a personas dependientes. De esta manera, estas nuevas aportaciones velan por las dimensiones del trabajo doméstico que trasciendan el valor del mercado. El renovado interés y también la inquietud de economistas feministas constatan que todos los esfuerzos realizados desde las distintas perspectivas económicas tendentes a valorar el trabajo doméstico, no consideran los nuevos aspectos de esta actividad y mantienen como referencia el trabajo asalariado. Laproblemáticaanterior tienerelacióndirectaconlaposible inclusión del trabajo doméstico en el Producto Nacional Bruto. Esto es un asunto controversial. Por una parte, se argumenta que mientras el trabajo no pagado de las mujeres no esté incluido en el PNB permanecerá invisible y no será valorado. Sin embargo, desde el extremo opuesto se sostiene que la identificación del trabajo doméstico con el trabajo asalariado hace posible el reconocimiento de una parte de dicha actividad, pero también contribuye a que otro conjunto de importantes tareas que realizan las mujeres en el hogar permanezcan invisibles, en particular, aquellas que no tienen sustituto de mercado. El concepto de ama de casa improductiva era un sub producto de una nueva definición de trabajo productivo que valoraba la participación en el mercado y desvaloraba el trabajo no mercantil, actividad central en la vida de muchas mujeres (Carrasco, 1999). El cambio de términos formalizó los supuestos de la economía política androcéntrica. Para los años 70, las amas de casa se dividían en dos grandes grupos según la clase social: los sectores medio-altos y medio bajos (De Barbieri, 1975). La mujer ama de casa de los sectores medio-altos gozaba de un alto nivel de vida, ya sea por el ingreso familiar como por las prestaciones sociales. Esto significaba una alta participación en el consumo de bienes y servicios al que dedicaban su vida entera. El estilo de vida encuadraba perfectamente con la imagen emitida por los medios de comunicación de masas. Se rodeaban de todos los aparatos electrodomésticos necesarios para ayudarlas en tareas que solo supervisaban, ya que las empleadas domésticas eran las encargadas de la ejecución directa, del cuidado de

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