Perfil del cuidador informal del adulto mayor en Puerto Rico

60 pontificia universidad católica de puerto rico trastornos de ansiedad. No obstante, se diferencian de lo encontrado por González y Valls (2012); Rivera, Rosario y Cuevas (2015) en cuyos estudios se halló que los participantes reportaron sintomatología elevada de ansiedad. Es importante destacar que estos estudios fueron realizados con cuidadores informales de pacientes con la condición de Alzheimer. En cambio, sí se halló correlación estadísticamente significativa entre los niveles de ansiedad y el sentirse preocupado cuando no puede ayudar de manera efectiva en el cuidado del adulto mayor. De igual modo, se encontró correlación entre los niveles de ansiedad y el miedo a cometer algún error mientras cuida al adulto mayor. Lo que muestra que los cuidadores experimentan algún nivel de depresión, ansiedad y sobrecarga, mientras realizan la tarea de cuidar al adulto mayor (Navarro- Sandoval et al., 2015). Otro de los temas importantes del estudio fue identificar la percepción de los cuidadores en cuanto al aspecto del autocuidado. Los participantes del estudio entienden que su salud física se podría ver afectada por la tarea y responsabilidad de ser cuidador (66.3%). Además, conciben que su salud emocional se podría afectar por tener bajo su cargo el cuidado de un adulto mayor (70.3%). Estos hallazgos son similares a los encontrados por Ávila y Vergara (2014). Estos autores encontraron que el 81.1% de los cuidadores informales juzgó de manera negativa su salud física, mientras que el 94.5% hizo lo mismo con su salud psicológica. Asimismo, con los de Rivera, Rosario y Cuevas (2015) quienes encontraron que el 87.6% de sus participantes aseguró sentirse desgastado emocionalmente. Esto muestra la situación emocional percibida por los cuidadores, que cuando tienen la carga principal del cuidado del adulto mayor, permea en ellos una preocupación de que se afectará su salud. Se puede comprender aún más, al unirlo a los hallazgos relacionados con el aspecto económico, el cansancio y la fatiga reportados. Estos hallazgos demuestran, una vez más, la importancia de que los cuidadores reciban regularmente terapias grupales o participen en grupos de apoyo. Estos han demostrado disminuir sintomatología y mejorar su calidad de vida (González, 2009). Sin embargo, estos resultados contrastan con los de Galvis, Aponte y Pinzón (2016) en su estudio sobre la percepción de la calidad de vida de los cuidadores informales de adultos con padecimientos de enfermedad crónica. Los autores reportaron que un 60.6% de los cuidadores percibió

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