Perfil del cuidador informal del adulto mayor: un estudio comparativo entre Puerto Rico, México y Colombia

140 pontificia universidad católica de puerto rico línea de estudios llevados a cabo por Ramírez, Saldarriaga y Sánchez (2019), Jiménez- Ruíz y Moya (2018), Carreño y Chaparro (2016) y Cruz y Ostiguin (2011) quienes señalan que el grado de consanguinidad cercano es de los más usuales en la relación cuidador-cuidado. Sus estudios reflejan que la responsabilidad es asumida por mujeres en más casos y que también ellas pueden ser el familiar en el hogar que brinda afecto, cuidado, dedicación y asume el cuidado de la persona dependiente en medio del cumplimiento de sus funciones habituales como ama de casa y cuidadora de hijos. Lo que por supuesto suma actividades y carga al tener que llevar a cabo todas las tareas de manera diaria o frecuente. Datos de la investigación llevada a cabo por Muñoz et al. (2019) señalan que las mujeres de aproximadamente 50 años asumen el rol, muchas veces sin formación, del cuidado del familiar y se someten a tensiones en la preocupación de no cometer errores en el cuidado del adulto, lo que genera ansiedad y depresión en la mayor parte de los casos como consecuencia de la sobrecarga. Es importante resaltar que, a mayor edad, mayor probabilidad de padecer algún cuadro médico por parte del adulto mayor que produzca discapacidad y la necesidad de recibir cuidados prolongados (Muñoz et al., 2019). El presente estudio encontró que los participantes en Colombia reportaron estar al cuidado de adultos mayores con enfermedades tales como: párkinson, demencias, hipertensión, artritis, condiciones vasculares en cuidados paliativos o crónicos, entre otras. Estas condiciones generan dependencia en diferentes grados por parte del adulto mayor para alimentarse, aseo personal, preparación de alimentos, administración de medicamentos, traslados o transportación, limpieza del hogar, movilidad. Todo esto genera mayor sobrecarga para el cuidador. Los cuidadores informaron que, en algunas ocasiones, cuentan con el apoyo de otros familiares o cuidadores formales pagados de manera particular o asignados por el sistema de salud. Estos hallazgos contrastan con los obtenidos en la investigación llevada a cabo en Medellín por Ramírez, Saldarriaga y Sánchez (2019) haciendo uso también de la prueba Zarit lo que, en apoyo a la presente investigación, pone en evidencia que la prueba ha sido validada en la población de Colombia y que aporta mayor confiabilidad y replicabilidad de los datos obtenidos en los cuidadores.

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