Perfil del cuidador informal del adulto mayor: un estudio comparativo entre Puerto Rico, México y Colombia

144 pontificia universidad católica de puerto rico Por otra parte, se deben ampliar los programas de amas de llaves o auxiliares del hogar que hay en algunos municipios o estados. Estos programas de asistencia en el hogar son un recurso de mucha utilidad para las familias que cuidan a un adulto mayor, debido a que ofrecen un espacio de respiro al cuidador principal. Sin embargo, los requerimientos para cualificar a estos, generalmente, son para familias con ingresos muy bajos. Por lo cual, familias trabajadoras de clase media quedarían excluidas de estas ayudas. Se debe considerar, además, ampliar los criterios de elegibilidad o la creación de un subsidio o subvenciones que cubran parte de estos costos. De modo similar, considerando lo expresado por los participantes y considerando que mejoraría su ejecución como cuidador al recibir formación o capacitación, se debe considerar el desarrollo de currículos o cursos dentro de los sistemas de enseñanza, públicos y privados, para niños y jóvenes. El tener programas planificados a largo plazo permitirá que desde edades tempranas se puedan sensibilizar, involucrar y capacitar para lo que son tareas básicas del cuidado de una persona dependiente. Esto podría incluir horas de servicio voluntario que provean el acompañamiento de adultos mayores sin familiares en las comunidades aledañas a las escuelas. Por otra parte, los gobiernos deben considerar la planificación para crear espacios diurnos para adultos mayores. Estos espacios podrían integrar actividades que mantengan activos, cognitiva y físicamente, a los adultos mayores con independencia. De esta forma se previene o retarda el convertirse en personas dependientes de cuidados. Cabe destacar la importancia de brindar cuidado al cuidador, esto generando espacios dignos de formación y salud para el bienestar mental, físico y social de las personas que acompañen y den cuidado al adulto mayor. Estas acciones permitirán reducir el impacto futuro en los servicios sanitarios por el incremento de problemas de salud asociados con el deterioro por sobrecarga y estado de ánimo por el rol de cuidador. Para esto se puede establecer legislación que obligue a los planes de salud a ofrecer ayuda emocional a los cuidadores en sus hogares y que cubran sesiones en grupos de apoyo. Estos grupos deben desarrollarse cercanos a las comunidades en las que se conozca que exista un alto censo de adultos mayores dependientes.

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