Perfil del cuidador informal del adulto mayor: un estudio comparativo entre Puerto Rico, México y Colombia

52 pontificia universidad católica de puerto rico féminas cuidadoras informales que desempeñaban el rol por más de un año y que el adulto mayor presentara alguna condición incapacitante. La edad de las mujeres participantes osciló entre 46 a 65 años, no presentaban vínculos matrimoniales y su tiempo de cuidadoras era de aproximadamente 10 años. En los resultados se destacó la presencia de ansiedad y sentimientos relacionados con angustia y desesperación. Los autores describieron el escaso apoyo social que recibían las cuidadoras y, en su mayoría, este apoyo era brindado por su núcleo familiar más cercano. Además, mencionaron que algunos de los participantes se apoyaron en las creencias religiosas. Por otro lado, de los resultados se desprende que los principales tipos de apoyo para el cuidador fueron: emocional, instrumental, informativo y espiritual. Mientras que la literatura apunta a que, en Cuba, se utiliza la religión como un factor cultural que influye y sirve de apoyo psicológico y espiritual en la vida de las personas. En cuanto a la sintomatología relacionada con la ansiedad y la depresión, Fong et al. (2021) llevaron a cabo un estudio para conocer el impacto psicológico en los cuidadores de personas que presentaban alguna demencia durante la segunda ola de COVID-19 en Hong Kong. La muestra fue de 51 cuidadores. Se administraron siete cuestionarios en formato digital, entre estos la Escala de Ansiedad Generalizada-7 (GAD-7) y la Escala de Sobrecarga de Zarit (ZBI-22). Los resultados mostraron que los cuidadores presentaron síntomas relacionados con depresión, ansiedad, sobrecarga, estrés y carga de cuidado. De modo similar, en Italia y en el sur de Suiza, Messina et al. (2022) realizaron un estudio transversal para conocer la sobrecarga y el bienestar emocional de cuidadores de personas con demencia durante la primera ola de COVID-19 en estos países. La muestra estuvo conformada por 571 cuidadores. De los resultados se desprende que los cuidadores presentaban estrés leve, depresión, ansiedad moderada y sobrecarga moderada a severa. Finalmente, según Pérez et al. (2022), la situación creada por la pandemia del COVID-19 impactó el rol de los cuidadores ya que representó para estos un incremento en las tareas relacionadas con el cuidado, confinamiento, distanciamiento físico y temor porque la persona que cuidaban falleciera. A su vez, esto pudo relacionarse con la presencia de sintomatología depresiva, de ansiedad y de sobrecarga.

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