La pobreza en Puerto Rico: estadísticas, políticas públicas e impacto en la vida de los ciudadanos, una mirada desde la Doctrina Social de la Iglesia

cuaderno de investigación social y económica pontificia universidad católica de puerto rico 8 de la dignidad del trabajo. Ahora, este algo que no funciona, no se refiere sólo al sur del mundo, sino a todo el planeta. He aquí entonces la exigencia de repensar la solidaridad ya no como simple asistencia con respecto de los más pobres, sino como repensamiento global de todo el sistema, como búsqueda de caminos para reformarlo y corregirlo de modo coherente con los derechos fundamentales del hombre, de todos los hombres. (Papa Francisco, 2013a) Igualmente, en un discurso a los estudiantes de las escuelas de los Jesuitas de Italia y Albania, a preguntas de un estudiante, planteó lo siguiente: La pobreza del mundo es un escándalo. En un mundo donde hay tantas, tantas riquezas, tantos recursos para dar de comer a todos, no se puede entender cómo hay tantos niños hambrientos, que haya tantos niños sin educación, ¡tantos pobres! La pobreza, hoy, es un grito. Todos nosotros tenemos que pensar si podemos ser un poco más pobres: también esto todos lo debemos hacer. Cómo puedo ser un poco más pobre para parecerme mejor a Jesús, que era el maestro pobre (Papa Francisco, 2013b). Como se infiere de estos documentos, a los Santos Padres les ha preocupado profundamente la situación de los pobres, así como las situaciones de pobreza, desigualdad y marginalidad en todo el mundo, particularmente la distancia o abismo entre los estilos de vida de las poblaciones en los países ricos y en los pobres. Surge, de estos documentos, la necesidad de promover acciones concretas encaminadas a reducir y a eliminar la pobreza y la desigualdad. En tercer lugar, y a un nivel más nacional, las conferencias episcopales de diversos países también han estudiado y producido documentos relacionados con los pobres y la pobreza. Así pues, hay un documento de reflexión de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española titulado, La Iglesia y los pobres (Conferencia Episcopal Española, Comisión Episcopal de Pastoral Social, 1994). Una cita muy contundente del mencionado documento plantea lo siguiente: De aquí que el encuentro con el pobre no puede ser para la Iglesia y el cristiano meramente una anécdota intrascendente, ya que en su reacción y en su actitud se define su ser y también su futuro, como advierten tajantemente las palabras de Jesús. Por lo mismo, en esa coyuntura quedamos todos, individuos e instituciones, implicados y comprometidos de un modo decisivo. La Iglesia sabe que ese encuentro con los pobres tiene para ella un valor de justificación o de condena, según nos

RkJQdWJsaXNoZXIy NzUzNTA=