Presentación de las Actas del III Congreso Internacional de Mística
14 pontificia universidad católica de puerto rico conocimiento de este “arte espiritual”, como lo cualificó santa Teresa de Jesús, es notable cómo Girón Negrón expone la práctica del ajedrez en distintas culturas, tanto de Occidente como en Oriente: “En la baja Edad Media europea, Chaucer, Dante, Boccaccio, Chrétien de Troyes, Jean de Meun y Guillaume de Lorris… conjuran algún matiz de ajedrez y sus reglas” (115). Y así continúa destacando “la imaginería ajedrecística que llega a permear la literatura hispánica desde Alfonso X el Sabio hasta Jorge Luis Borges, y desde la Edad Media hasta el Siglo de Oro” ( idem). También se nota esta influencia en la literatura mística cristiana y en la tradición islámica; en la nota 4 de la página 115 señala Girón: “La importancia del ajedrez en la cultura del ocio cortesano en el mundo islámico marca la literatura de esta gran civilización. Véase, por ejemplo, la preponderancia de imágenes ajedrecísticas en la literatura persa, tanto secular como religiosa” (115). Pero destaquemos ahora en esta ponencia el protagonismo principal de santa Teresa, sobre todo en las referencias a su obra Caminos de perfección de 1554. Allí hace notar a sus monjas, como superiora, qué ha de servir para encaminar la oración por la ruta correcta y establece una analogía entre la oración y el ajedrez “el que desconozca estas reglas [del ajedrez], que sabrá jugar mal , y si no sabe dar jaque, no sabrá dar mate ” 3 . Pero si hacemos uso frecuente de esta práctica “daremos mate a este Rey divino” (114). Para saber vencer en el juego se necesita perfeccionarse persistente y disciplinadamente. Como en la oración efectiva, es 3 Asumiendo que algunos lectores no conozcan estos términos del juego, trataré de dar una ligera noción del mismo. Se enfrentan dos conjuntos rivales para alcanzar, uno de ellos, la victoria dejando vencido al rey, que es la pieza principal en cada conjunto. En el desarrollo, si una pieza, supongamos, logra amenazar directamente al rey, eso se denomina jaque. Pero si el rival puede poner una pieza delante del rey, lo protege y evita el jaque. Ahora bien, si hay un jaque otra vez y en esta ocasión el rival no puede hacer lo mismo, el rey queda indefenso, atrapado y vencido. Eso es entonces un jaque mate y el final del juego. El juego entre grandes jugadores puede tomar muchas horas.
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