Presentación de las Actas del III Congreso Internacional de Mística

5 comentarios-presentación de las actas del iii congreso internacional de mística ¿dónde está dios hoy? el fenómeno místico como experiencia vivencial de dios inefable (23). Otros místicos atestiguan que advienen a los secretos más recónditos de Dios y también a su hermosura indecible. En el decir de santa Teresa, ella sintió la sacudida estética que al final de cuentas produce “un ensanchamiento interior” (24). Coinciden los contemplativos en que Dios es un dinamismo continuo y que, en la experiencia mística, se revelan múltiples visiones que fluyen. Así lo expresan santa Hildegarda de Bingen, Thomas Merton y otros, subrayando que ello no se puede describir, el contemplativo queda en un estado de afasia que le impide comunicar la visión experimentada, apunta López-Baralt, al citar a George Herbert (1593-1633). San Juan de la Cruz, cita López-Baralt: “Intenta evocar el proceso místico transformante en la onda rítmica de la alfaguara del Cántico espiritual” (27). La protagonista del poema de san Juan es la amada, símbolo del alma, que busca al amado que es Dios, tras el cual ha recorrido montes y llanuras incesantemente sin encontrarlo. Y es en el manantial que enfrenta donde, en vez de ver con sus propios ojos su propia imagen, lo que flota en sus aguas son unos ojos ajenos, son los del amado. La respuesta a la pregunta ¿Adónde te escondiste amado? La respuesta es: “en mí misma”. Dice López-Baralt: “estamos ante un narcisismo sagrado… ama a Dios en sí misma” ( idem) . La Divinidad se revela a sí misma en el corazón del místico. El amado se refleja en el espejo del alma en epifanías dinámicas continuas como la corriente de la alfaguara en novedad constante. Y dice la autora “Dios es un torbellino de luz y de alegría” (31). En tal contemplación el alma se va transformando en una celebración exultante. Y no es una experiencia de la razón o de los i: es la intuición en la suprema altura que el éxtasis místico revela. Volveremos a referirnos a la Dra. López-Baralt al exponer la disertación del Dr. Emilio Ricardo Báez Rivera.