Proyecto de unidad... | agosto 2019

2 Iniciamos un nuevo año académico en nuestra Universidad en medio de un contexto muy distinto del que tuvimos al iniciar el año 2018-2019. En las pasadas semanas todos vivimos, de una manera u otra, la indignación colectiva al enfrentar la realidad de que aquellos que nos representaban habían traicionado los valores que consideramos esenciales para nuestra vida de pueblo. La corrupción, la mentira, el engaño, las componendas y las faltas a la dignidad del ser humano dirigían la gobernanza de nuestro pueblo. Estar atentos a cómo se atienden los reclamos de La Gran Marcha sigue siendo una agenda inconclusa. Nuestra Universidad ya está reflexionando sobre cómo desarrollar plataformas para, desde nuestra identidad y misión, contribuir a atender los reclamos del pueblo: mayor responsabilidad, transparencia e integridad. Podemos contribuir también a la capacitación del liderato político y así lo haremos. Al reflexionar lo que hemos vivido claramente vemos, de nuevo, la importancia de los procesos educativos. ¿En qué fallaron los procesos de formación de estas personas que los llevaron a anteponer sus deseos personales a los del bien común y fueron capaces de lesionar la dignidad de otras personas? ¿En qué momento decidieron darle la espalda a Dios y a su propuesta de fe, esperanza y caridad? Recientemente me invitaron a dar una charla a una comunidad. Enfoqué mi presentación en el concepto de “historia sagrada”. ¿A qué me refiero con esta expresión? Les dije que cada persona tiene su “historia sagrada” … la historia de su vida que está llena de momentos, sucesos, eventos, encuentros, cumbres y hondonadas en las cuales nos hemos encontrado con Dios. A veces los reconocemos con mucha claridad y otras con menos. Invité a la audiencia a pensar y a escribir cómo ha sido su “historia sagrada”; a recordar cuándo empezaron a tener conciencia de la presencia de Dios en sus vidas, quiénes fueron esas personas que les fueron “presentando” a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. Los invité a recordar cómo Dios se les hizo presente en su vida ordinaria y cómo se fue hilvanando su “historia sagrada”. Querida comunidad universitaria les propongo que busquemos el espacio para orar, recordar y comenzar a escribir nuestra “historia sagrada” personal…y comunitaria ¿Cuándo comenzó? ¿Quiénes han estado junto a cada uno de nosotros? Me luce que será un ejercicio intenso de agradecimiento a Dios. ¡Ánimo! “Escribamos nuestra ‘historia sagrada’ personal y comunitaria” Mensajedel presidentede IniciodeCurso2019

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