El teatro Francisco Arriví fue el escenario para la puesta en escena de Yo, Victoria Yo, Victoria, pieza performance basada en la visión onírica de Victoria Espinosa. El papel de Victoria Espinosa fue interpretado por el estudiante Dairon Steven Santos Sánchez. El Teatro Rodante Universitario Luis Torres Nadal de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico se unió al Festival de Teatro del Instituto de Cultura Puertorriqueña con el montaje Yo, Victoria bajo la dirección de la actriz Anamín Santiago. El grupo de teatreros se dio a la tarea de plasmar para la posteridad el legado de Victoria Espinosa con Yo, Victoria, pieza performance basada en la visión onírica que Victoria Espinosa impartía a la dirección escénica. De esta manera, desde el teatro Francisco Arriví en Santurce, la nueva generación de actores marcó el “regreso” de Victoria Espinosa a las tablas. La pieza es una investigación artística del Teatro Rodante Universitario a través de sus ensayos. El montaje se nutrió de muchas de sus propuestas escénicas recordadas por alumnos de Victoria Espinosa, actores y público. También se presentó una faceta de la teatrera que se niega a desaparecer, que no puede trascender en paz hasta no ver su sueño para el teatro puertorriqueño. Esta producción fue parte del Festival de Teatro Puertorriqueño e Internacional en el que, por primera vez, se incluye un Festival de Teatro Universitario. “El trabajo de los estudiantes del Teatro Rodante Universitario fue sublime e impactante porque el grupo se presentó en una de las salas de teatro más exigentes y con un público conocedor del teatro. Esto supuso un reto para los estudiantes, reto que superaron. El Teatro Rodante Universitario demostró que el teatro universitario está más vivo que nunca” sostuvo la Prof.ª Rosita Archevald, directora del la Oficina de Extensión Cultural de la PUCPR. El papel de Victoria Espinosa fue interpretado por el estudiante Dairon Steven Santos Sánchez. “Mi experiencia interpretando a la gran Victoria Espinosa como Furia y La maestra fue una surreal, experimental y a flor de piel. Ponerme en los zapatos de una de las grandes se convirtió en un reto continuo y de mucho crecimiento. Cada parlamento, línea, matiz o movimiento fueron trabajados con mucho respeto y admiración para enaltecer su legado, así como continúa en la página siguiente... 52
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