El reto de educar para la vida moral

magna conferencia dictada por el dr. ángel galindo garcía pontificia universidad católica de puerto rico 4 1. Apuntes para un análisis moral de la situación social Tres son las áreas sociales en las que el proceso de moralización necesita desarrollar su función. Las tres responden a tres ciencias con su metodología, status y tradición humana: la sociología, la acción política y la economía. 1.1. Desde la sociología Entre las ciencias como la sociología, la política, la economía y la ética existe una relación de unidad, dependencia y autonomía. Partimos de la constatación de que en un primermomento, surgió una situación de optimismo, señalado por las transformaciones económicas al final de la segunda guerra mundial y con la década prodigiosa de los años sesenta. En un segundo estadio reseñamos el ámbito social que significó la reacción frente a la deuda externa y la caída del muro de Berlín. Lo que significa como paso del fin de la guerra fría, la caída del Muro de Berlín y de la sociedad del bienestar Surgen Estados dedicados a gastar para atender a causas filantrópicas. Se saca el máximo de dinero a los ciudadanos y contribuyentes, desaparece la capacidad de endeuda-miento y surge la crisis social. Es aquí donde radican y se originan las causas de la corrupción y de la decepción producida por la crisis del estado de bienestar y la crisis moral y financiera actual. Poco a poco van apareciendo sociedades crispadas y surge el pesimismo cuyo origen está principalmente en el mal ejemplo de los políticos. Se puede decir que no ha existido revitalización de la sociedad. A esta se la quiere separar del Estado. Tarea difícil ya que en la cultura de la globalización la omnipresencia de las fuerzas estatales ha sido continua: de él todo se espera y a él todo se le pide. Una radiografía clara de la corrupción mundial manifiesta los síntomas señalados y refleja lo siguiente: escándalos políticos que desmoralizan la sociedad. Hay corrupción en el comportamiento social, origen del problema y la vemos especialmente en la relación de los políticos con los grandes poderes económicos por el afán en mantenerse en el poder: No se premia el bien hacer, se promueve un igualitarismo mal entendido, se exigen derechos sin contrapartidas. Aparece una concepción generalizada del estado providencia. Este ambiente está potenciado por los Parlamentos, incapaces de controlar el déficit público. Se encarga de contentar a los electores

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