El reto de educar para la vida moral

el reto de educar para la vida moral en sociedad 7 2. Retos para educar en moral Son muchas las condiciones sociales que dan esperanza de futuro para la sociedad en el ámbito de la educación moral: fuerte sensibilidad a favor de la dignidad y derechos de la persona; la afirmación de la libertad como cualidad inalienable de la actividad humana; la aspiración a la paz; el reconocimiento de la primacía de la sociedad sobre el Estado; comprensión del poder político como servicio a la sociedad y al bien común; el respeto a las minorías y a sus manifestaciones políticas dentro del Estado; la solicitud por los más desfavorecidos en la convivencia social; la solidaridad como exigencia de las relaciones entre los diversos pueblos y grupos sociales; el crecimiento en las relaciones con otros países. Hacia un futuro optimista. Si antes lo demostraba la razón, son ahora los hechos los que están demostrando que sin unos principios y valores morales seguros, ciertos, firmes y compartidos es imposible establecer la mínima convivencia entre los hombres. De la misma manera las consecuencias de la nefasta organización social aconsejan distinguir planos sin enfrentarlos en el campo social y en la relación entre los políticos y la sociedad, entre lo legal y lo moral. Son varios los caminos y las posibilidades a seguir para caminar hacia un futuro que haga crecer el optimismo en la sociedad y donde loa propuesta moral pueda desarrollar sus objetivos. Autores humanistas entre los que se encuentra el Juan Pablo II han insistido en varias ocasiones en que Occidente ha de ir a la recuperación de las raíces cristianas. No se trata de mirar al pasado porque el pasado sea mejor que el futuro. Se trata de buscar las raíces de nuestra identidad, es decir, aquello que nos identifica con nosotros mismos. Entre las raíces cristianas están las cristianizadas, es decir, aquellos fundamentos de nuestra cultura que provienen de la interferencias fenicias, grecolatinas, celtas y que el cristianismo ha ido asumiendo a lo largo de los siglos como propias en cuanto que son naturalmente aptas para nuestro desarrollo. La recuperación de lo religioso, de la interioridad, de la amistad, de la comunicación, etc. serán algunas de las pistas de futuro.