Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105
48 Pérez Alencart, Alfredo. Cartografía de las revelaciones . Madrid: Verbum, 2011. ISBN: 978-84-7962-703-4, 124 pp. No debe considerarse una sorpresa que el lector asocie el nombre de Alfredo Pérez Alencart con una entrega poética. En efecto, muchas han sido las ocasiones en que se ha podido acceder a su obra, verso tras verso, poemario tras poemario, escuchándose en todo momento una voz dinámica que logra afirmarse en su propia creatividad. A su vez, Pérez Alencart también funge como guía de nuevos poetas, tanto en la Península como en América, ya que es promotor y coordinador de encuentros literarios iberoamericanos que se desarrollan en Salamanca, su ciudad elegida. Las fronteras de su Perú natal han sido ampliadas para unir dos espacios que el Atlántico insiste en separar en un esfuerzo de acercar diversos pensamientos y posturas artísticas bajo el denominador común de la expresión poética. Uno de sus últimos obsequios a sus lectores, no se puede decir el último ya que Pérez Alencart termina sorprendiendo con otra publicación, lo constituye Cartografía de las revelaciones , editado en Madrid por Verbum. Las ilustraciones que adornan el texto son de Miguel Elías con quien ya había compartido otras entregas y que parece captar en su arte plástico la sutileza de los versos que acompaña. El libro está compuesto de cinco secciones dentro de las cuales se halla un número determinado de poemas sin que la cantidad dicte la calidad de los mismos. La primera agrupación, “Nuestros hasta siempre”, es un tributo a individuos que han marcado positivamente la vida del poeta. Pérez Alencart comparte experiencias únicas que no pueden esfumarse ante el paso del tiempo. Ésta es una lírica emotiva que deja al descubierto una voz poética agradecida y que rehúsa olvidar; y algo que se desprende de la lectura: que no permite que otros olviden el mensaje que portan los poemas. No hay fronteras geográficas impuestas; la palabra no parece reconocer espacios, sólo se asienta en sus conclusiones. Continúa “Los rumbos del viento” donde se aprecia un curioso juego numérico; cada integrante está marcado por un guarismo que persigue situar las composiciones, aunque la metáfora del subtítulo desmienta cualquier orden posible. Los poemas carecen de uniformidad; hay libertad de métrica. A pesar de ello, el viento va a ser el único protagonista que aparece y desaparece para traer, y llevarse también, palabras que deberán dejar constancia de la intención del poeta. Después se ubica “Otro cuaderno para Jacqueline” donde Pérez Alencart rinde tributo a una mujer ideal que ha estado presente en las etapas de su crecimiento como ser humano. El vate resalta un ser omnisciente que él reclama a su lado; demanda la importancia de esa compañera y muestra, también, cómo él ha ido evolucionando en su deambular por la vida hasta obtener la madurez necesaria para valorar a su compañera. En la siguiente unidad, “En días como estos”, se observan las mismas características que en el resto del poemario: se favorecen las estructuras largas y se continúa escuchando una voz que protesta ante la injusticia, que apedrea lo que trata de silenciarlo y que rechaza lo que no cree merecedor de su presencia. Es una palabra comprometida con su verdad que no claudica ante las adversidades que encuentra. La última que aparece es la denominada “Los puntos cardinales”; una sección muy lograda ya que el poeta persuade a que se le acompañe por sus experiencias en territorios de la península Ibérica y América del Sur. En el inusitado periplo se conversa sobre unas vivencias que han dejado profunda huella en quien las describe y, al mismo tiempo, hace que ahora sean parte de los que compartan no tan solamente el viaje sino la enseñanza, fruto de la aceptación de sí mismo, que el verso no se esfuerza en omitir. Estas cartografías de Pérez Alencart son revelaciones de creatividad que no cesan de entablar un ya acostumbrado diálogo; es de notar que es un coloquio dirigido hacia un intento de acompañar al poeta en su recorrido. El mapa se esboza y es una prerrogativa individual aceptar el viaje; el resultado, la satisfacción personal de haber comulgado con unos versos que no han dejado de reflejar el sentir de la voz poética. Cartografía de las revelaciones es un buen ejemplo para escuchar a Alfredo Pérez Alencart en su transitar a través de su quehacer literario; el lector que ya lo conoce sabe que es cierto. Para los otros, este poemario es una selección adecuada para comenzar a conocer al poeta. Humberto López Cruz University of Central Florida
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