Revista Horizontes: primavera/otoño 2013 | Año LVI-LIX Núms. 108-115

de las escuelas intermedias públicas urbanas de un distrito escolar del Sistema de Educación Pública de Puerto Rico. Planteamiento del problema Al presente, para las organizaciones educativas y sus gerentes, debe ser prioridad llevar a cabo investigaciones que detecten si existe algún tipo de acoso psicológico en el entorno laboral que afecten la sana convivencia. De hecho, para las investigaciones deben ser una prioridad para aquellas organizaciones educativas que pretendan maximizar el potencial de sus recursos humanos. Un gerente educativo, requiere reconocer que el mayor recurso con que una organización cuenta, es el humano, puesto que es con y a través de las personas que se cumplen los objetivos establecidos dentro de las organizaciones escolares. Por esta razón, los empleados como recurso valioso, deben ser protegidos y ofrecerles un ambiente saludable que los motive a realizar un buen desempeño de sus labores (Robbins, 2004). Justificación de la investigación En Puerto Rico, el acoso psicológico en un escenario laboral se encuentra en ascenso. Según Martínez, en el año 2003, en Puerto Rico tenía un 12% de los trabajadores del sector público y privado del área metropolitana, que para esa fecha, había sido víctimas de acoso psicológico en su ambiente laboral. Mientras, que un 34% evidenció que han sido testigos de este fenómeno. Por eso, al presente, el acoso psicológico en el trabajo es una gran preocupación en el personal de las instituciones educativas públicas de Puerto Rico. Conjuntamente, con este problema evidente en la sociedad puertorriqueña, es necesario combatirlo, puesto que el experimentar algún tipo de acoso psicológico en el ambiente laboral podría traer o provocar efectos devastadores para una organización escolar. De acuerdo a Martínez, es responsabilidad de los gerentes educativos y del resto del personal que laboran en las organizaciones, crear conciencia de lo perjudicial que es este problema organizacional. En primer lugar, para las personas que laboran, en lugar segundo, para las personas se les ofrezcan los servicios y en tercer lugar, para las organizaciones que enfrentan dicho problema. \ Marco conceptual El marco conceptual que se utilizó para la investigación fue la Teoría de Sistemas de Chester Barnard (en Robbins, 2004), la Teoría de Campo que formuló Kurt Lewin (1938) y la Teoría de Transaccional y Transformacional de Barnard M. Bass (1988). La Teoría de Sistemas de Barnard establece que las organizaciones deben visualizarse y evaluarse desde la perspectiva del comportamiento de las personas y de los grupos que las componen. Mientras, que la Teoría de Campo que formuló Kurt Lewin (1938), en cambio, afirma que no se puede entender el conocimiento humano fuera del entorno en que se ubica. Es decir, las diferencias individuales en la conducta humana con relación a la norma, se dan, por la interacción entre las percepciones que tiene la persona de sí misma y el ambiente psicológico en que se encuentra. En cambio, la Teoría Transaccional y Transformacional de Bass (1988) postula que los líderes transaccionales posen cuatro características las cuales son: (1) las recompensa contingente , (2) la administración por excepción tipo activo , (3) la administración por excepción tipo pasivo, y (4) el “ laissez-faire ” (dejar hacer). Finalmente, Bass plantea que el líder transformacional estimula la conciencia de los trabajadores, los cuales aceptan y se comprometen con el logro de la misión de la organización. Metodología El diseño de la investigación fue uno con un enfoque cuantitativo, de naturaleza descriptivo correlacional. El escenario en el cual se realizó la investigación fue en las escuelas intermedias públicas urbanas de un distrito escolar del Sistema de Educación Pública de Puerto Rico. La población que fue considerada en la investigación estuvo conformada por 361 empleados del personal docente (maestros, consejeros profesionales, bibliotecarios y trabajadores sociales) y no docente (personal de mantenimiento, empleadas de comedor escolar, secretarias, oficinistas, guardias escolares y trabajador I) de las escuelas intermedias públicas urbanas de un distrito escolar del Sistema de Educación Pública de Puerto Rico. Se seleccionó una muestra al azar del personal docente de 85 participantes y del no docente de 29 participantes. Dicha muestra se obtuvo de las catorce escuelas intermedias públicas urbanas de un distrito escolar del Sistema de Educación Pública de Puerto Rico. Para esta investigación se utilizaron tres instrumentos, dos construidos por el investigador y otro adaptado. El primer instrumento fue una hoja para obtener el Perfil del Personal Docente y No Docente . Esta hoja recogió los datos demográficos de los participantes de la investigación. El segundo instrumento que se usó fue la Escala de Acoso Psicológico en el Ambiente Escolar (EAPAE), una adaptación de la Escala de Acoso Psicológico en el Trabajo (EAPET) de Miguel E. Martínez, Julitza Arroyo, Eva Lynn Rodríguez, Rosa I. Seijo, María Sepúlveda y Maybelline Tirado. La Escala de Acoso Psicológico en el Ambiente Escolar (EAPAE) determinó la presencia de acoso psicológico en las escuelas intermedias públicas urbanas de un distrito escolar del Sistema de Educación Pública de Puerto Rico. La primera parte de la escala, presenta una lista de 42 reactivos, divididos en cuatro dimensiones, las cuales son: (1) comunicación, (2) socialización , (3) reputación profesional, y (4) salud . Mientras, que la segunda parte de la escala presenta siete preguntas que lo que buscaban era auscultar si el o la participante de la investigación era o había sido víctima de acoso psicológico y si sus compañeros de trabajo lo habían sido en el pasado. El tercer instrumento investigativo que se administró al personal docente y no docente fue la Escala de los Estilos horizontes@pucpr.edu Años LVI-LIX Núms. 108-115 Horizontes – primavera / otoño 2013-2016 29

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