Revista Horizontes: primavera/otoño 2013 | Año LVI-LIX Núms. 108-115
idioma español se ha visto honrado con una multiplicidad de ensayos que por su veracidad y civismo resisten el paso del tiempo inscribiéndose como parte de su rico acervo literario. Ahora, es preciso situar la reciente entrega del profesor panameño Ricardo Arturo Ríos Torres, La épica de la soberanía , la cual se debate entre las categorías de ensayo político, labor periodística o manifestación histórica. Tomando en cuenta la categoría donde el lector decida encapsular el trabajo de Ríos Torres, si fuere necesaria tal clasificación, no podría dudarse que Panamá, la república independiente, aparece como protagonista. La épica de la soberanía es un conjunto de artículos en los que se enfrentan diversas etapas de la lucha de Panamá por obtener su total unificación tras su separación de Colombia y proclamación de la república en 1903. Este es un texto donde, además, la iconografía desempeña un papel fundamental como apoyo a los puntos expuestos. Las reproducciones fotográficas pugnan por ofrecer un recuerdo visual de los diversos enfrentamientos entre la juventud local y la entonces imperante fuerza colonial. Ríos Torres, en su intento por rememorar para las nuevas generaciones los eventos acaecidos el 9 de enero de 1964, brinda a los lectores un trasfondo político, e histórico, que culminara en la efeméride señalada. Efectivamente, el 9 de enero de 1964 –pronto a cumplirse el cincuentenario de la fecha patria– signó un momento determinante en la historia de Panamá. Por medio de sus artículos, que se sirven de un variado respaldo periodístico, el autor narra los antecedentes que motivaron la sublevación del día señalado. En realidad, los disturbios y protestas para lograr la unificación nacional se venían gestando desde mucho antes. Ríos Torres no se limita a mencionar hechos; al mismo tiempo, no vacila en incluir una cantidad considerable de los nombres de los que participaron de uno y otro lado de la contienda. Como comentara en párrafos anteriores, la inclusión de fotografías (con los nombres de los que aparecen en ellas) es un notable esfuerzo por asegurar la autenticidad de lo escrito. A su vez, se puede observar la reproducción de varios diarios nacionales en los que se constatan los sucesos expuestos. El autor también cita los periódicos del país que ha consultado para fundamentar su trabajo. Un lector escéptico puede dudar de la veracidad del enunciado que proyecta La épica de la soberanía ; no obstante, se deduce de su lectura que Ríos Torres invita a cualquier interesado a continuar indagando, por cuenta propia, sobre este importante período histórico correspondiente a los primeros cien años de Panamá como república independiente. Con anterioridad, el autor había publicado una dedicatoria en uno de sus textos, Los rostros del tiempo , en el que reflejaba su preocupación de no permitir que tan significativos eventos cayeran en el olvido. Como en aquella ocasión, esta vez Ríos Torres sigue sin poder negar sus antecedentes como profesor de historia; tampoco puede omitir su docencia en el campo de la literatura. Es tal vez por ello que sea difícil clasificar este ensayo; ambas, la literatura y la historia se disputan su pertenencia. En este caso, y en realidad como en todos los encuentros con un texto, el lector tiene que emitir su veredicto. RAMOS ESCOBAR, JOSE LUIS (2010). EL IRRESISTIBLE MUNDO DE BENEDICTO. Dr. Otto Sievens Irizarry Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico Esta novela no tiene ninguna relación con el Papa Benedicto XVI, ni con El Observatorio Romano . Es una novela caribeña, con personajes caribeños. Recrea la vida de un personaje, llamado Benedicto, y su estación espacial en Guayanilla, Puerto Rico. Vivir en un pueblo pequeño, donde la mayoría de sus habitantes se conoce y donde un siglo es como un día, es una bendición. El ambiente provee un empaque sicológico que alimenta el espíritu y le proporciona grandes aventuras a la imaginación. Este es el caso de Guayanilla, en el sur de Puerto Rico. Así escuche contar cuando hubo una lluvia de camarones en el Poblado Sitios. En varias ocasiones ha caído granizo en los barrios Pasto y Sierra Baja, engañando a las gallinas creyéndolo maíz. En palabras coloquiales diríamos que Macondo, el pueblo recreado por el colombiano Gabriel García Márquez en su obra Cien años de soledad , es un “nene de teta” al compararlo con Guayanilla, Puerto Rico. El habernos criado en Guayanilla nos ha dado una visión de mundo única. Cuando era niño, a la entrada del sector “El Coto” en el barrio Magas “Abajo”, estaba ubicada la casita de Benedicto y, anexo a la misma, estaba su estación espacial. Con latas había creado figuras de satélites y en grandes paneles de madera tenía escritas varias profecías donde describía misterios del espacio. Se había dejado el pelo largo y parecía un nazareno. Había adquirido la costumbre de mirar al sol al filo de las doce. José Luis Ramos Escobar, nacido en Guayanilla en 1950, ha tomado el personaje real de Benedicto Romero Lugo (1916-2007) y lo ha transformado en Benedicto Estruc Semidei para convertirlo en protagonista de su novela El mundo irresistible de Benedicto (2010). El Dr. José Luis Ramos Escobar ejerce como profesor universitario de literatura, teatro y estudios hispánicos de la Facultad de Humanidades del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Ha sido director de teatro y ha escrito numerosos documentales. Es un prolífico autor que se destaca mayormente en el género dramático. Ha publicado I ndocumentados (1991), Mano dura (1994), El olor del popcorn (1996), El salvador del puerto (1996), Salsa gorda (2001), ¡ Puertorriqueños? (2001) y Mascarada (2004). Es autor del libro de cuentos En la otra orilla (1992) y de las horizontes@pucpr.edu Años LVI-LIX Núms. 108-115 Horizontes – primavera / otoño 2013-2016 79
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