Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105

24 de profesionales y/o académicos en el campo de la economía, política, historia, relaciones internacionales y comercio internacional; mediante el uso de la entrevista semi- estructurada, y se describió la opinión de los participantes. Luego de realizar las entrevistas se desprenden algunos hallazgos, los cuales se dividen en económicos y políticos: Hallazgos económicos El Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos, Centroamérica y la República Dominicana (DR-CAFTA) permite a las empresas de cada uno de los países establecerse en otro y competir con las empresas locales de cada país miembro. Además reduce algunas tarifas arancelarias y otras son eliminadas en su totalidad. El DR-CAFTA defiende la industria textil estadounidense de la competencia asiática, debido a que las empresas de los Estados Unidos ( EE.UU .) se pueden establecer en Centroamérica, donde los costos son menores y pueden exportar estos productos de Centroamérica a los Estados Unidos, con ventajas arancelarias. El Tratado de Libre Comercio (TLC) Incrementa la presencia de empresas estadounidense en el Mercado latinoamericano. Existe una mayor libertad en el mercado de tecnología que en el agrícola, lo que beneficia a los EE.UU . Los altos costos de establecerse en Puerto Rico y los beneficios obrero-patronales hacen muy oneroso para algunas industrias establecerse en nuestra Isla. Esto se refleja en que adquirir un producto centroamericano o dominicano es mucho más económico que hacer lo propio con uno puertorriqueño. El DR-CAFTA es una gran oportunidad para que las empresas puertorriqueñas se expandan a la República Dominicana o Centroamérica. Sin embargo, queda demostrado que Puerto Rico (P.R.) no se preparó para cambiar su modelo económico. No obstante, aún existe la esperanza de que P.R. se convierta en un centro de comercio marítimo para la Región. De todas maneras, en la actualidad no es un mercado atractivo si no tiene un puerto marítimo de características internacionales. Desde el comienzo del TLC el gobierno no especificó si las empresas locales se beneficiarían. Lo que sí queda en evidencia con el establecimiento de algunas empresas puertorriqueñas de servicios que se han expandido a la esa zona. El gobierno apoya cualquier tipo de inversión en P.R., pero hay que darle un énfasis a la local. Debemos impulsar lo nuestro, ya que aún nuestra industria agrícola es artesanal y el noventa por ciento (90%) de lo que consumimos es importado. Los productos agrícolas de P.R. no fueron defendidos y son los mismos de la Región, lo que nos dejó en una postura desventajosa. En Puerto Rico la agricultura se ha tenido que mover a la economía subterránea para poder subsistir. En los países miembros de la Zona DR-CAFTA se benefician por la creación de empleos, excepto EE.UU . Esto se refleja en Puerto Rico dónde los empleos creados por este TLC en P.R. son por compañías multinacionales que crean empleos, pero no capital en Puerto Rico. No hay una clase empresarial exportadora puertorriqueña, que se necesita para poder ser competitivos en la región y el mundo. Hallazgos políticos El DR-CAFTA solidifica la presencia de Estados Unidos en Latinoamérica. Este TLC abre los mercados con cultura similar a Puerto Rico y la comunidad hispana de EE.UU. Le resta ventajas al actual Estado Libre Asociado. Puerto Rico no participó dentro de la delegación estadounidense, fuera de ser la sede de una sesión de negociaciones del DR-CAFTA, esto llevo a no considerarse asuntos locales. Además, el estatus político de P.R. no provee para negociar TLC’s propios. Debido a recomendaciones publicas de derogar las leyes de cabotaje el Comisionado Residente solicitó a la Oficina de Contabilidad Gubernamental Federal (GAO) una investigación para que el Gobierno Federal se exprese si es conveniente o no para Puerto Rico que se deroguen las leyes de cabotaje. Aunque la opinión pública y las plataformas de los partidos políticos se expresan en contra de las leyes de cabotaje, ninguna administración local ha solicitado su derogación. Aunque Puerto Rico puede participar en algunas organizaciones como miembro asociado, el gobierno puertorriqueño no acostumbra participar. Hay factores culturales y de enajenación envueltos en la no preparación para estos tratados y en la no participación en la comunidad internacional. El Puerto Las Américas Rafael Cordero Santiago en Ponce se ha tardado demasiados años en construir. Esta situación demuestra la falta de coordinación de los gobiernos locales con la cultura de la globalización. Además, P.R. perdió su oportunidad al no legislar para lograr ser el Centro de Financiamiento, Ensamblaje y Exportación desde el comienzo de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (I.C.C.). Por eso, con el DR-CAFTA ha quedado relegado. Puerto Rico no creó la posibilidad de ser una ciudad sede para el DR-CAFTA, ni se mercadearon como una “ hub city ” para rutas aéreas comerciales ni de carga. En la actualidad la Compañía de Comercio y Exportación está alentando a las compañías locales a comercializar en la zona DR-CAFTA. La legislación actual ofrece mayores incentivos a compañías no locales frente la locales. La Compañía de Fomento Industrial de Puerto Rico (PRIDCO) sólo ve el Comercio Internacional en las grandes empresas multinacionales, sin atender a las Pymes. El gobierno puertorriqueño está apoyando a las empresas de servicios que se están estableciendo en la zona DR-CAFTA. En algunos casos estos TLC’s reducen las garantías de los trabajadores; existe una mayor oportunidad de éstos perder el trabajo por movilización de la empresa. Hay un acuerdo entre ambos partidos (PNP y PPD) de apoyar el proyecto H.R. 3020 para una enmienda para P.R. del Código de Rentas Internas Federal conocida como las 933-A. Es claro que los cambios de administraciones no le dan ni importancia ni continuidad a los asuntos relacionados a los TLC’s. Es una de las razones por las que se han perdido muchos puestos de trabajo en la manufactura, lo que se ha visto reflejado en los resultados del Censo 2010.

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