Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105
52 JUAN MOREL CAMPOS (1857-1896): GENIO MUSICAL DE PUERTO RICO Dr. Cirilo Toro Vargas Director Asociado de las Bibliotecas Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico Puerto Rico es un archipiélago que trasciende más allá de sus dimensiones geográficas. La calidad humana, amén del talento y predisposición natural que despliegan sus habitantes son los atributos que mejor describen parte de su idiosincrasia nacional. Es un pueblo alegre, que transpira musicalidad, alegría y sabiduría popular. Múltiples ejemplos particulares pudiesen nombrarse de personas que denotan los diversos ángulos de la sociedad boricua: el maestro Rafael Cordero Molina en la educación, el insigne Rafael Hernández Marín en la música, el literato Alejandro Tapia y Rivera, en fin, tantos, que no cabrían en el reducido espacio de este ensayo. No obstante, al hablar de una persona que represente al boricua en su plenitud, con el cual se identifican dentro y fuera de nuestro país, se piensa invariablemente en Juan Morel Campos. Mencionarle equivale a honrar la quintaesencia de la puertorriqueñidad, un ser que descolló con su genialidad musical a tal punto que aún hoy nos conmueve y emociona la expresión que destila de su pentagrama, considerándosele el compositor más prolífico de danzas. Antes de continuar con los datos biográficos de Morel, permítanme explicar brevemente qué es la danza puertorriqueña. La danza es un género musical que evolucionó durante el siglo diecinueve en Puerto Rico. Luciano Quiñones (1997b), compositor sangermeño, resume de la siguiente manera la forma de ser de una danza: La Danza consta de cuatro partes: la introducción o paseo (usualmente de ocho compases en tiempo de 2/4), un primer tema, un segundo tema y un tercer tema, cada uno de 16 compases. El tercer tema es usualmente más alegre o más melódico y en éste, el bombardino (instrumento de acompañamiento con sonido muy parecido al del trombón) deja su rol de acompañante para convertirse en solista, interpretando la melodía. Después del tercer tema hay una recapitulación del primer tema y a veces una coda para el final. Todas las partes, excepto la coda y la recapitulación, se repiten. Puede haber variantes a esto como lo es la introducción de "puentes", o partes de 8 compases en lugar de 16, etc. La Ciudad Señorial de Ponce tuvo el privilegio del nacimiento de Morel Campos el 16 de mayo de 1857. Fueron sus padres Manuel Morel y Araujo (de la República Dominicana) y Juana Campos (venezolana, de padres canarios). Era nieto de Leonardo Morel (catalán de origen francés) y de Carmen Araujo (mexicana). Juam Morel Campos. Fotografía tomada del Arjona Siaca et al., 1937. En su niñez se buscó que aprendiese el oficio de platero bajo la mentoría del maestro Pedro Roque Ventura. Pronto se comprobó que no era su vocación. Enseguida que llegaba al taller, sacaba su pito de lata e iniciaba su concierto. Don Pedro, pues, cansado del poco interés de su discípulo, decidió dar por terminado el asunto, para más tarde percatarse de la facilidad con que Morel aprendía a tocar el flautín y el cornetín. Se inició musicalmente a la temprana edad de ocho años, bajo la tutela del profesor Antonio Egipciaco, con quien estudió solfeo y flauta. El maestro advirtió de que su alumno aprendía ávidamente. Llegó el momento de emprender nuevos rumbos, pues el estudiante ya había logrado aprender todo cuanto su maestro podía enseñarle. Desde ese momento, Morel Campos tuvo que ingeniárselas para estudiar por su cuenta, leyendo con avidez cuanto libro aparecía a su alcance. En el camino, aprendió, además, a tocar el bombardino, la corneta, el contrabajo y el piano. Para ese tiempo llegó a Ponce el virtuoso músico, compositor y maestro Manuel Gregorio Tavárez y Ropero. Esto le permitió a Juan abrir un nuevo capítulo en su vida. Bajo el cuidado de Tavárez, Morel estudió composición, armonía, contrapunto y piano.
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