Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105
53 En los albores de sus veinte años se desempeñó como bombardino solista en el Batallón de Cazadores de San Juan. Durante ese tiempo completó sus conocimientos de instrumentación y dirección, bajo la dirección del músico mayor Don José Valero. Por ausencia o enfermedad del Maestro Valero, Morel llegó a substituirle en diversas ocasiones. Tal era la magnitud de su pericia musical. Formó la Sociedad de Conciertos la Progresista, entre cuyos ejecutantes se encontraban renombrados músicos, tales como Aberrano Colón (violín), Cosme Tizol (clarinete), Juan Santaella (contrabajo), Domingo Cruz (bombardino), Juan Ríos Ovalle… Despuntó en la música sinfónica, en la religiosa y en la dramática. Compuso valses, pasodobles, mazurcas, polkas, música sacra, zarzuelas: “Un Viaje a América", "Amor Es Triunfo", "Un Día de Elecciones". Entre sus danzas figuran: "Alma Sublime", “Di Que Me Amas”, "Felices Días", “Idilio”, "Influencia del Arte", “Joaquina”, "Laura y Georgina", “La Lila”, "Maldito Amor", “Mis Penas”, "No Me Toques", “Noche Deliciosa”, “¿Por Qué No Me Amas?”, “Robinson”, "Sí Te Toco", “Sin Ti Jamás”, "Sueño de Amor", “Sueños Dorados”, “Te Lo Dije”, etc. Apreciaciones Todavía en el siglo 21 se le considera el más prolífico compositor de danzas. Morel logró popularizar la danza sin vulgarizarla. Su danza es sinónimo de danza puertorriqueña. Al respecto, el Maestro Arístides Chavier Arévalo (1926) expresó lo siguiente: Enardecido por las tendencias ambientales, condujo a esta forma inferior del arte a la cúspide de su florecimiento; desarrolló su poder expresivo, transformó su contextura harmónica [sic] y perfeccionó el carácter de nuestro típico canto regional, imprimiéndole el candente entusiasmo que bullía en su alma y que caldeaba su cerebro. La danza, pues, sufrió una transformación amplia e ingeniosa en las manos de Campos; aquella cantilena mórbida y rudimentaria de pasadas épocas desapareció y se vio suplantada por las risueñas, melancólicas y cadenciosas melodías que tanto han subyugado el alma puertorriqueña. Se estima que en sus veinticinco años en la música desarrolló unas 625 obras. Apenas vivió 39 años. El gran pianista Jesús María Sanromá (1982) añade al respecto: "A los que creen que las danzas suenan más o menos igual, les sorprenderá enterarse que Morel escribió casi cien ritmos diferentes". En el 1970 el Círculo de Recreo de San Germán le exaltó póstumamente a la Galería de la Fama de Compositores de Danzas Puertorriqueñas y se le dedicó el Certamen de Danzas de ese año. En la carátula de la producción discográfica Danzas de Puerto Rico (con la Orquesta de su nieto Manolín Morel Campos), Rafael A. Montañez señala: “Juan Morel Campos, el más ilustre, el más fecundo y a la vez el más triste de todos los compositores puertorriqueños, legó a la posteridad una obra doblemente bella y grande, porque en ella logra captar su musa genial todas las cuitas, todos los anhelos, los alborozos y la melancolía del alma regional, a medida que evoluciona su técnica y se van haciendo más amplios sus horizontes artísticos, más austera y consciente su creación, más depurada su estética”. En el centenario de Morel (1957), el Instituto de Cultura Puertorriqueña auspició diversos actos en variadas poblaciones de la Isla. Para culminar la efeméride publicó una colección de partituras de sus obras bajo el título de Danzas de Juan Morel Campos (1958). Dicha colección recogió en sus primeros seis volúmenes “todas las danzas impresas o inéditas conocidas hasta la fecha”. El séptimo volumen presentaba obras de diferentes géneros, con el fin de presentar otros aspectos de su polifacética producción. Eugenio Corner señalaba: “Decíame una anciana de cabellos de oro y plata que Morel Campos fue un artista muy querido y muy mimado de la mujer. ¿Qué otra cosa puede codiciar un artista que el aplauso de los hombres y el amor de las mujeres? ¡Ser querido de la mujer! No de una mujer sino de miles… ¡Oh dicha inefable del artista delicioso y astral, fervoroso y bueno!” Con relación a la música de Morel Campos y su impacto inmediato y futuro, Eugenio Deschamps señaló: “Juan Morel Campos cuando apenas contaba 24 años de edad y había escrito su sinfonía La Lira” . Fotografía tomada del Arjona Siaca et al., 1937.
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