Revista Horizontes: primavera/otoño 2011 | Año LIV Núms. 104-105
59 impacto en la forma como actuamos pero no necesariamente en formas obvias o directa. En el fondo usted es tímido si piensa que lo es, independientemente de cómo actué. La etapa media de la timidez incluye a aquellas personas tímidas que se sienten intimidadas y torpes en ciertas situaciones o con ciertas clases de personas. Su incomodidad es suficientemente fuerte como para perturbar sus vidas sociales e inhibir su funcionamiento, haciéndole imposible decir lo que piensa o hacer lo que desearían. Las personas tímidas carecen de habilidades sociales o les falta confianza en sí mismo. No saben cómo entablar conversación o no tienen confianza para hacer lo que consideran correcto. Al otro extremo se encuentran aquellos individuos cuyo temor a la gente no tiene límites “los crónicamente tímidos”. Estos experimentan pavor extremo cuando son llamados a hacer algo delante de la gente y son llevados a sentirse tan inadecuados por su abrumadora ansiedad, que su única alternativa es huir y esconderse. La timidez puede llegar a ser una forma severa de neurosis, una parálisis mental que puede resultar en una depresión y finalmente en suicidio. Para que se produzca un estado de timidez es preciso que haya conciencia de frustración o fracaso. Cuando una persona es tímida revela su timidez en varias formas. El 80 % informa su renuencia a hablar (Zimbardo, 1980). Esta es la clave para que sepan ellos mismos y los demás que algo anda mal. Cerca de la mitad de las personas informan que encuentran difícil o imposible mirar a los ojos de otra persona. Consideran que ellos mismos tienen volumen solo para hablar demasiado bajo. Otra parte de la gente evita a las demás personas o deja de tomar la iniciativa para actuar cuando la acción es necesaria. Presentan problemas de tragar y por lo general sus manos tiemblan sin razón aparente. Se sienten como si estuvieran congelándose mientras transpiran profusamente. En muchas ocasiones, experimentan mareos y tics cuando están en compañía de personas que de ninguna manera son amenazantes. Generalmente, se sienten confundidos sobre asuntos con los que están completamente relacionados y tienden a tener mayor disposición a quedarse callados y no hablar libremente. A nivel fisiológico, la gente informa síntomas como pulso acelerado, taquicardia y rubor. La mayoría de las personas tímidas tienen muy poca autoestima. El principal operante de la timidez es mantener un bajo perfil. La persona tímida suprime una multitud de pensamientos, sentimientos y acciones que, continuamente, amenazan con salir a flote. Es en este mundo mental interior donde la gente tímida vive su vida. El rasgo más característico es un extrema autoconciencia. Esta autoconciencia tiene una dimensión tanto pública o privada. Es una excesiva preocupación con respeto a sí mismo. La autoconciencia pública se refleja en la preocupación de una persona a cerca de su impacto sobre los demás. La autoconciencia privada es la mente enfocada en sí mismo pero con contenido negativo: “soy feo”, “soy inferior” etc.… Para vencer la timidez se necesitan cuatro cambios básicos: la forma en que usted piensa sobre usted mismo y sobre su timidez, la manera en que usted actúa, aspectos relevantes en que las otras personas piensan y actúan, valores sociales que promueven la timidez. En respuesta para llevar a cabo estos cambios puede tomarse en consideración las siguientes recomendaciones: entenderse mejor a sí mismo y a su timidez, aumentar su autoestima y desarrollar habilidades sociales y exitosas, ayudar a otros que son tímidos y aprender formas para cambiar nuestra sociedad que genera timidez. Se considera, además, analizar sistemáticamente sus valores, gestos, creencias y estilos de vida. Debe comenzar con el proceso de autodescubrimiento, es decir, tomar conciencia más exacta sobre sus pensamientos y sentimientos. Estos determinan dónde ha estado, dónde está ahora y para donde va. La autoconciencia es el primer paso hacia el cambio positivo. Para desarrollar habilidades sociales debe comenzar cambiando su comportamiento, su estilo de vida imponiéndose exigencias a cambios realistas, tener en cuenta el progreso y premiar al logro. Su imagen es otro factor de atención. Procure vestirse adecuado a la ocasión, decir hola cuando se encuentre con alguna persona, dar y aceptar cumplidos, conocer gente, tener algo para mostrar y contar, conozca la situación política, para desarrollar la conversación con las personas ensaye formas tales como: llamar a la operadora y pedir números de telefónicos, llamar a un almacén o tienda y preguntar por algún precio de un artículo. Procure reconocer que usted no es víctima de su ambiente, ni de situaciones anteriores, ni que nació así (Rohner, 1981). Mantenga una autoestima alta reconociéndose como personas serviciales, cooperativas y amables. Para sobrevivir en esta sociedad y hacer frente al ritmo acelerado de vida y a la feroz competividad es necesario que nuestro organismo nos predisponga para la lucha. El desafío es enorme en todas las fases del desempeño profesional y social. Venciendo la timidez, usted podrá dar paso a la asimilación de sabiduría y no de conocimientos fragmentados. Dejar surgir en usted el espíritu de liderazgo y el pensamiento positivo y creador necesario ante los retos gigantesco de nuestra sociedad. En suma, desarrollara una mentalidad innovadora con valores como lealtad, respeto, alto sentido de ética profesional, sentido de lo humano, dominio de sí, firmeza, que se destacan hoy día entre los profesionales competitivos y exitosos que quieren triunfar. Referencias Oriol Anguerra, A. (1973). Radiografía de la timidez . México, DF: Editorial Trillas. Rohner, N. B. (1981). Porque soy tímido . México, DF: Diana. Zimbardo, P. G. (1980). La timidez . México, DF: Fondo Educativo Interamericano.
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