Primavera otoño 2019 (Año LXII Núms. 120-121)

horizontes@pucpr.edu Año LXII Núm. 120-121 horizontes PRIMAVERA/OTOÑO 2019 PUCPR 10 PRÁCTICA PROFESIONAL BASADA EN EVIDENCIA: DESAFÍO PARA EL CONSEJERO LICENCIADO EN PUERTO RICO Dra. Shirley González Tardí Escuela Graduada en Educación Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico Introducción En Puerto Rico existen insuficientes textos y artículos que hayan sido escritos por consejeros profesionales en relación a la práctica basada en la evidencia desde la disciplina de la consejería (Martínez Taboas, 2014). Por lo que el texto Consejería profesional e investigación: Práctica basada en la evidencia de la Dra. Priscilla Negrón Morales (2013) tiene el objetivo de llenar un vacío para esos profesionales (Rodríguez Soto, Bernal & Cumba Avilés, 2015). De acuerdo a Rodríguez Soto, Bernal y Cumba Avilés, más de un 50% de los clínicos puertorriqueños desconocen cuáles son las opciones terapéuticas disponibles más idóneas, para ser aplicadas dentro de cada caso y situación particular. Al mismo tiempo, no conocen cómo optimizar los servicios clínicos de sus clientes en cuanto a cumplir con los criterios de costo- efectividad, calidad, eficacia y validez. Por otro lado, un gran número de profesionales de la salud mental no parecen estar receptivos a implantar dicha práctica. Por consiguiente, son incapaces de considerar los beneficios de la investigación científica y no están ávidos, ni aptos para aplicar los enfoques terapéuticos de acuerdo con las necesidades idiosincráticas de los clientes, lo cual es una realidad muy atroz. Irrumpir a la práctica basada en la evidencia El texto de Negrón Morales claramente responde a la necesidad de desarrollar una fuente documental de información formal en el idioma español para profesionales de la salud mental hispanoparlantes o latinoamericanos, especialmente para los consejeros profesionales. Al presente, casi toda la literatura especializada que se publica en torno a la práctica basada en la evidencia no está disponible en español o castellano (Martínez Taboas, 2014). Por esa razón, se le hace muy difícil a un gran por ciento de clínicos lograr adentrase en la misma, por la resistencia y apatía a leer en el idioma inglés o simplemente por no dominar el léxico y tecnicismo del proceso de investigación, entre otros. Por otro lado, muchos profesionales de la salud mental puertorriqueños que ostentan un grado de maestría inclusive, ni siquiera tienen claro cómo documentar sus prácticas clínicas, ya que el componente de investigación cuando se formaron fue muy débil. De hecho, se puede afirmar que en Puerto Rico apenas existen revistas profesionales arbitradas especializadas en el campo de la consejería profesional. La explicación para ello es multifactorial. Por ejemplo, no existe un auténtico interés por parte de muchísimos profesionales puertorriqueños de investigar, leer y conocer cómo la consejería o psicoterapia basada en la evidencia intenta mejorar la calidad y eficacia de la atención clínica, con los mínimos costos posibles, integrando lo mejor de la evidencia disponible con respecto a las habilidades del clínicas de un profesional, e incorporando al contexto de las características particulares de un cliente o paciente, su cultura y sus preferencias idiosincráticas. Por otro lado, otros no saben cómo hacerlo. Alrededor de un 10% de los clínicos conocen lo suficiente para utilizarlas en su trabajo clínico (Rodríguez Soto, Bernal & Cumba Avilés, 2015). Por eso, el texto de Negrón Morales (2013) resulta ser de gran valor, alcance y eficacia, puesto que con dicho texto se espera que un mayor número de consejeros profesionales puertorriqueños puedan integrarse y adentrarse poco a poco en la práctica basada en la evidencia. Sin embargo, se requiere seguir abordando este tema en formas muy variadas. La práctica basada en la evidencia puede ser definida como el uso juicioso, explícito e intencional de la evidencia científica más reciente y vigente para la toma de decisiones terapéuticas en la atención de los casos clínicos (Sackett, Rosenberg,