Primavera otoño 2019 (Año LXII Núms. 120-121)

horizontes@pucpr.edu Año LXII Núm. 120-121 horizontes PRIMAVERA/OTOÑO 2019 PUCPR 11 Gray, Haynes & Richardson, 1996). Dicha práctica persigue combinar y armonizar metodológicamente, la mejor información actualizada disponible del campo de especialidad (situación clínica), con la experiencia del profesional (peritaje o expertis) y las preferencias culturales y valorativas de un cliente. No hay que perder de perspectiva que la tendencia de la organización profesional de mayor impacto del presente en el campo de la consejería es la Asociación Americana de Consejería (American Counseling Association), la cual busca apoyar el desarrollo de tratamientos basados en la evidencia (Martínez Taboas, 2014; Martínez Taboas & Quintero, 2012). Por consiguiente, el movimiento de la práctica basada en evidencias se ha convertido en la corriente ideológica más importante del sistema de cuidado de salud americano y de las políticas de cuidado de salud de las últimas décadas a nivel internacional, ya que es muy ventajosa para la toma de decisiones clínicas y administrativas (Sexton, 1999). Según Sexton, la investigación ha establecido claramente la evidencia para documentar y probar que la práctica de la consejería ha sido eficaz para una variedad de preocupaciones e inquietudes de diferentes personas, grupos y familias en variados contextos. Por lo que dicha tendencia ha establecido que la consejería tiene sus bases en la práctica basada en la evidencia. El llevar a cabo esa práctica, le ofrece al profesional de la consejería, mover la disciplina fuera de su contexto teórico tradicional, para integrar la práctica profesional en un medio en el cual los consejeros profesionales usan lo mejor de su disciplina combinado con la experiencia clínica, con la idea de lograr el éxito terapéutico con una variedad de clientes. Por lo tanto, las prácticas basadas en la evidencia requieren de un proceso ordenado y rigurosamente sistematizado de diseminación de la información, para poder transportar dichas prácticas al ambiente clínico y laboral (Martínez Taboas, 2014; Martínez Taboas & Quintero, 2012). Es así, que este artículo presenta los aspectos y las características substanciales de las prácticas psicológicas basadas en la evidencia, con el firme propósito de crear consciencia entre los consejeros profesionales a nivel local e internacional. Conjuntamente, tiene el propósito de suministrarles a los profesionales información de que la práctica basada en la evidencia es el mejor medio para garantizar la efectividad en la práctica profesional. Por ello, se ha desarrollado este artículo, para que

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