Primavera otoño 2019 (Año LXII Núms. 120-121)

horizontes@pucpr.edu Año LXII Núm. 120-121 horizontes PRIMAVERA/OTOÑO 2019 PUCPR 58 sus virtudes y cualidades, así como su trayectoria profesional, literaria, cultural. Cardenal Sean Patrick O’Malley, OFM. Cap., Arzobispo Metropolitano de Boston (Massachusetts) junto al Padre Francisco. Los datos biográficos que se presentan del Padre Francisco son mínimos. Estamos seguros de que se debe al propósito general del libro y no a falta de información. El hecho de que posteriormente se enfatice en las vicisitudes que tuvo el Padre para poder ejercer su apostolado o misión nos dan esa seguridad. En la quinta sección, Incardinación , así como en la sexta, Apostolado , la séptima, Momentos finales , y la octava, Ironías de la vida , se enfatiza en las trabas y dificultades con que se enfrentó el Padre para poder realizar su labor caritativa. Tanto la institución eclesiástica, en ciertos momentos y a través de ciertos funcionarios, como las instituciones gubernamentales y privadas, en vez de facilitar, entorpecían la labor. Los obstáculos mayores y las actitudes que confrontó el Padre se recogen en lo que el autor llama ironías, que define como lo “que sucede de forma inesperada y parece una burla sutil y disimulada del destino” (p. 36). Las principales ironías comienzan cuando los feligreses de la parroquia San Joaquín, de Adjuntas, protestan por la atención de los pacientes achacándoles llevar el SIDA al pueblo. La segunda se da cuando se le dificulta al Padre dedicarse por completo al servicio directo de los pacientes. Tiene que someterse a un proceso que duró casi medio año hasta que finalmente lo permiten. La primera ironía en Ponce ocurre cuando el Padre preparó un área para crear la sección pediátrica en el Albergue y el Departamento de Salud no le permite, por estar cerca de la población adulta, y trasladaron los niños a otra institución, a la cual el Padre donó los equipo y medicamentos y otros artículos que había destinado a tales fines. Relacionado con esto, una de las mayores ironías ocurre cuando el Hospital San Lucas desahucia el Albergue. En otras palabras, una institución médica fundamentada en el cristianismo echa a la calle a otra institución especializada en tratamiento a los más desamparados médica y socialmente, fundada por un misionero católico. Ocurre entonces otra situación más que irónica, macabra. Durante el desahucio, ex voluntarios del Albergue se presentan a comprar a bajo precio equipos y materiales. Algunos que nunca

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