cubrir el gasto sin que esto afecte otras áreas de tu vida financiera. Conocer los recursos y programas de apoyo Afortunadamente, en Puerto Rico existen recursos que pueden hacer una gran diferencia para los cuidadores. Los centros de atención diurna, por ejemplo, ofrecen un espacio donde los adultos mayores pueden recibir supervisión y participar en actividades mientras tú cumples con tus responsabilidades laborales. Aunque estos centros no siempre cubren toda la jornada laboral, brindan un respiro importante y te dan la tranquilidad de saber que tu familiar está bien atendido. También es útil consultar con el Departamento de la Familia, la Oficina del Procurador de Personas de Edad Avanzada y otras organizaciones comunitarias que podrían ofrecer servicios adicionales. No dejes fuera los recursos de apoyo psicológico o los grupos de apoyo que están disponibles, ya que pueden ayudarte a fortalecer el autocuidado y a mantener tu bienestar emocional. Además, conectar con otros cuidadores te permite compartir experiencias y aprender estrategias que puedan ser útiles en el día a día. Solicitar modificaciones en horarios o modalidad de trabajo Es común sentir incomodidad al hablar sobre tu situación como cuidador con tus supervisores, pero hacerlo puede abrirte la puerta a ciertos derechos y beneficios. La Ley 82 de 2023, conocida como la Ley sobre la Política Pública del Cuidado Informal en Puerto Rico, te permite obtener una certificación como cuidador informal. Esta certificación puede presentarse a tu patrono, lo cual podría facilitar opciones de flexibilidad laboral, algo que puede ser esencial cuando tratas de equilibrar el trabajo y el cuidado. Además, registrarte te permite acceder a beneficios, derechos específicos, conectar con redes de apoyo, conocer servicios disponibles y obtener horas de capacitación. Es una herramienta que te brinda visibilidad, apoyo y validación de tu rol. Involucrar a tu familiar en las decisiones sobre su cuidado Un aspecto fundamental del bienestar de tu ser querido es que participe activamente en las decisiones que afectan su vida diaria. Involucrarlo en estas decisiones no solo fortalece su sentido de autonomía y dignidad, sino que también ayuda a evitar problemas emocionales y disputas familiares. Por ejemplo, si tu familiar desea envejecer en su hogar, pueden planificar juntos las adaptaciones necesarias en la vivienda para que esté cómodo y seguro, y para que tú tengas tranquilidad. Escuchar sus deseos y opiniones será importante para conversar sobre las expectativas y evitará que tomes decisiones que puedan no estar alineadas con sus preferencias. Como país, tenemos la responsabilidad de agradecer y apoyar a quienes estén dispuestos a hacer grandes esfuerzos al continuar trabajando mientras asumen el cuidado de nuestros adultos mayores. Los cuidadores realizan un acto de amor que, aunque a veces sea demandante, también es profundamente satisfactorio. Recuerda que tú también mereces apoyo, reconocimiento y espacios para cuidar de ti mismo mientras brindas este valioso servicio. 49
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