La situación de los trabajadores en Puerto Rico durante la pandemia provocada por el COVID-19: precariedad, soledad laboral e intención de abandonar el empleo

141 la situaciónde los trabajadores enpuertoricodurante la pandemia provocada por el covid-19: precariedad, soledadlaboral e intenciónde abandonar el empleo seguidamente, todo era “urgente”; la precariedad de los equipos necesarios para cumplir con las exigencias del trabajo, entre otros. Por otro lado, hicieron énfasis en la disminución del capital humano y de horas de trabajo, las cuales ocurrieron porque algún trabajador renunciaba o solicitaba permisos, o por recorte de personal en la organización. Algunas verbalizaciones sostienen lo descrito: 2d: “Pero, una observación es que se están recortando recursos laborales en muchos departamentos. Se está duplicando o triplicando la tarea de muchos colegas, ehh. y entonces vemos, cuando hacemos una comparación más o menos objetiva en otros entornos, vemos esa adjudicación de recursos que no va acorde con la nueva realidad [...] Me tengo que encargar solo de tres laboratorios o cuatro laboratorios, porque a mis compañeros de trabajo se les acortó la carga laboral, se la redujeron sus horas de trabajo”. 4d: “La inversión en el equipo, así que si voy a resumir un día mío de trabajo en pandemia es cuatro veces más difícil que un día mío regular de trabajo como si estuviera yendo presencial”. De forma particular, se resalta que en el trabajo remoto hubo conexión entre la percepción de actividad laboral aumentada (TRALA) y el rol de género de la mujer (TR-RGNM), debido a las tareas que socialmente son atribuidas “principalmente” a la mujer, por ejemplo, el cuidado y educación de los hijos. A su vez, dichos roles conectan con la necesidad de respiro parental (TR-RP), pues las trabajadoras mencionaron que urgían el regreso a la presencialidad, para enviar a sus hijos a la escuela y sentir alivio en la carga que experimentaron. En palabras de las participantes: 2c: “Entonces, que si el profesor; ¡es que el profesor también está aprendiendo!, yo les decía. ¡Pero mami! Y yo, ¡pero dale tiempo! ¡Pero es que yo tampoco entiendo! Entonces tenía la chiquita donde la plataforma, que si del colegio tampoco se podía conectar. Y yo, ¿cómo atiendo esta otra? Que después mi esposo se queda sin trabajo. O sea, fueron tantas y tantas emociones a la misma vez que si tú emocionalmente no estás saludable, ¡jamás, jamás! Yo les digo sinceramente que a mí lo que me ayudó fue estar confiada en Dios. Y decirle a Dios ‘dame la sabiduría necesaria, porque sola yo no puedo’. Porque llegó el momento en que yo creía que ya yo no podía. Yo decía, yo no puedo más, yo no puedo más”.

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