18 pontificia universidad católica de puerto rico El trabajo remoto y las reuniones o juntas virtuales continuarán, con toda probabilidad, aunque de manera menos intensa que durante el pico de la pandemia. Algunas industrias que se verán afectadas por estos cambios serán las de bienes raíces (compañías inmobiliarias), la de viajes de negocios, y los centros urbanos. (Lund et al., 2021, p. 5) De forma similar, y luego de analizar más de 2,000 tareas llevadas a cabo en cerca de 800 puestos laborales en ocho países que sirvieron de barómetro de la situación durante la pandemia, los investigadores coligieron lo siguiente: La pandemia ha demostrado que mucho más trabajo puede ser llevado a cabo de forma remota que lo que se creía antes de la pandemia. Esto incluye tareas tales como: llamadas para realizar ventas, el arbitraje y las vistas legales, las visitas a médicos, la enseñanza, las visitas a propiedades inmuebles, y aún la reparación experta del equipo y la maquinaria más sofisticada del mundo mediante el uso de equipo de realidad virtual. (Lund et al., 2021, p. 5) Sin embargo, los investigadores también concluyen que, aunque encontraron que algunas tareas se pueden llevar a cabo de manera remota, es mejor realizarlas en persona. Entre estas destacan, la enseñanza, la negociación de aspectos críticos de negocios, el llevar a cabo sesiones de generación de ideas (tormenta de ideas) la provisión de retroalimentación a los empleados y el proveer adiestramiento a empleados nuevos [onboarding] (Lund et al., 2021). Destacan que el llevar a cabo estas actividades de manera remota pudiera afectar la efectividad de las mismas. De forma similar, los autores argumentan con base en sus análisis que, entre 20 y 25 por ciento de la fuerza laboral en las economías avanzadas pudiera trabajar de forma remota entre tres a cinco días a la semana, sin pérdida alguna en la productividad. Asimismo, especulan que el paso al trabajo remoto de muchos trabajadores a raíz de la pandemia pudiera provocar el despoblamiento de algunos centros urbanos. De hecho, plantean que en 2020 se registró en los EE.UU. una merma en los alquileres residenciales en las grandes ciudades, mientras
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